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Una veintena de congresistas pasaron ayer por las salas de relajación. / MARIO ROJAS
De la butaca al masaje
Oviedo

De la butaca al masaje

El Congreso Nacional de Enfermería, que se celebra en el Auditorio, <strong>ofrece por </strong><strong>primera vez en España dos salas de bienestar</strong> para que los asistentes se relajen

I. R.

Viernes, 2 de octubre 2009, 05:06

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Cinco de la tarde. Auditorio Príncipe Felipe. Tras ocho horas de jornada, los 1.000 inscritos en el VI Congreso Nacional de Enfermería de Atención Primaria, que se celebra en la ciudad hasta mañana, aprovechan el receso de 15 minutos para desconectar. Unos charlan a las puertas del edificio mientras apuran con fuertes caladas el último cigarrillo antes de la vuelta al trabajo. Otros recopilan información de los puestos instalados en el hall de entrada. Y una veintena se dan un masaje, porque es la primera vez en España que un evento de este tipo habilita dos «salas de bienestar» para que los asistentes puedan relajarse poniéndose en buenas manos.

Ayer, las dos trabajadoras del balneario de Las Caldas Villa Termal tenían la agenda repleta. Durante la tarde atendieron a 16 personas que pidieron cita para asegurarse la friega. «Les permite relajar la zona cervical y desconectar, pero es sólo un pequeño adelanto de las sensaciones que experimentarían en el balneario», explicó Borja Gómez-Varillas, ejecutivo de Ventas del complejo. A muchos les supo a poco y ya reservaron cita para acudir mañana, tras la clausura del congreso.

La idea surgió de los organizadores, que querían incluir servicios complementarios para los asistentes. Todo está pensado: los masajes se dan con la ropa puesta, para no perder tiempo, en una silla o una camilla y con cuidado para que los clientes no se despeinen.

Así, los promotores también se pusieron en contacto con Alquimia, una marca de cosméticos naturales fabricados en España desde hace 25 años. Una masajista atiende a un congresista cada 15 minutos, en una sala completamente «ambientada para la relajación».

«Es un pequeño contacto con los aceites esenciales y con la filosofía de la estética del bienestar», comentó el responsable de la empresa, Luis Ajenjo. Con luz tenue y sobre una camilla, los clientes reciben un pequeño masaje corporal y facial. Sólo es necesario quitarse los zapatos. También prueban las colonias de la marca, y tras recibir las explicaciones de la masajista, que aconseja los productos que más convienen según las molestias de cada persona, se van con un kit de productos en las manos.

Después de la tregua, todos los inscritos volvieron al trabajo, aunque hoy también pueden realizar una visita guiada por el casco histórico de la ciudad con paradas en la Catedral, el Monasterio de Las Pelayas, el Palacio Episcopal y la plaza de Trascorrales.

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