'Escala espiritual', de Pelayo Ortega, aplaudida en Madrid

'Escala espiritual', una treintena de óleos, algunos trabajados sobre fondo acrílico, volvieron anoche a conseguir el aplauso de Madrid para el trabajo de Pelayo Ortega. Para su obra más reciente, realizada durante todo este año en diverso formato. En ellas se aprecia un estilo más depurado, una simplificación de líneas que abordan los temas de forma más concreta, directa y concisa; siempre con su personal y rotunda carga de ritmo y color gracias a una rica pintura matérica.

Pelayo Ortega se ha adentrado con esta nueva colección, de «título e intenciones trascendentes» ante el lienzo, aún más en su ya dilatada reflexión ante la vida y la pintura.

El resultado son obras brillantes, metafísicas y rotundas. Muchas alimentadas de homenajes ( a César Vallejo, Velázquez y Quevedo). Todas abrazando nuevos caminos, solidifica los transcurridos y combina la levedad del ser con la intensidad de su búsqueda. «Exponer un trabajo sirve para que el pintor se distancie de él, porque al descontextualizar la obra y ponerla en un espacio neutro, como es una galería, permite al autor aprender, al verla como un espectador y poder sacar conclusiones sobre sus propios cuadros», explicaba Pelayo Ortega, ayer, en la inauguración de la muestra, que el público madrileño podrá visitar hasta el próximo 14 de noviembre, en la Marlborough. Una exposición que el artista espera que «guste a la gente» porque, aunque no estemos en un momento muy esperanzador, «la pintura tienen que seguir desarrollándose al margen de los avatares de la crisis» económica que padecemos.

En la muestra que se inaugura ahora en Madrid, coexisten algunos de los temas recurrentes hoy en su obra: visiones de la provincia ('Mi pueblo', 2009; 'Dos casitas bajo la tormenta', 2009); alegorías de la memoria, de la casa del pintor y del estudio ('Taller', 2009; 'Mi casa en el camino', 2009); homenajes a grandes maestros de las letras y la pintura ('Gozne-César Vallejo', 2009; 'Quevedo', 2009) y, por ultimo, la temática religiosa ('Católico', 2009; 'Cruz', 2009; 'La escala espiritual', 2009), ya presente en sus trabajos anteriores.

«Mi pintura -resumía anoche durante la inauguración Pelayo Ortega- no es excesivamente cocinada, laboriosa en cuanto a técnicas, es una pintura muy sencilla, pero también muy meditada, someter las obras a un proceso de observación, de reflexión muy profundo juega un papel tan importante como el propio acto físico de pintar».