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Enriqueta Duque y Rosa Riesco, abuela y madre del desaparecido, en su domicilio con una foto de Pedro Matías. / PIÑA
«Vio algo que no debía»
GIJÓN

«Vio algo que no debía»

Los familiares de Pedro Matías Sánchez Riesco, desaparecido hace ocho meses, creen que alguien «ha querido quitárselo de en medio»

O. SUÁREZ

Jueves, 26 de noviembre 2009, 11:54

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«Han pasado ocho meses y no puedo ni entrar en la habitación. Todo me huele a él: su ropa, sus cojines, su espacio...». Rosa Riesco está «desesperada». Su hijo, Pedro Matías Sánchez Riesco, lleva en paradero desconocido desde el 26 de abril. «No sabemos absolutamente nada y no hay ninguna pista», señala la mujer. Lo único que tiene claro en su pensamiento de este agónico episodio que le ha tocado vivir es que «la desaparición no ha sido voluntaria». «Algo vio que no debía de haber visto y por eso han querido quitárselo de en medio», dice.

Desde su domicilio en la calle de Puerto Rico, en el barrio de La Calzada, ve pasar lentos los minutos. «Se hacen horas. Ni una llamada, ni una sospecha. Nada. A veces incluso le llamo al móvil por si me lo coge, pero continúa saliendo el buzón de voz», comenta mientras estrecha la mano a su madre, Enriqueta Duque, quien con 92 años se enfrenta «a lo más duro que me ha pasado en la vida». La ausencia de su nieto ha hecho mella en su ya debilitada salud. «Le ha vuelto a repetir una trombosis. Está en el final de la vida y su último deseo es volver a ver a Pedro Matías. Estaban muy unidos y entre ellos había mucha complicidad. Él la cuidaba muchísimo y se desvivía por ella», comenta Rosa.

La pista de este joven de 31 años se pierde al mediodía de hoy hace ocho meses. «Salió de casa para encontrarse con un compañero donde el edificio de la Casa del Mar. Se despidieron y luego a él lo vieron varias personas caminando hacia El Musel, suponemos que para encontrarse con su hermano», relata su madre.

Una de las últimas personas en ver a Pedro Matías fue un conocido suyo, con el que se encontró casualmente subiendo hacia la Campa Torres, cerca de la fuente de Jove. «A partir de ahí parece que se lo tragó la tierra. Incluso la Policía dice que parece que lo abdujo un ovni», añade. Eran poco más de las dos de la tarde. A esa hora, comenzó a cundir el nerviosismo en su domicilio familiar. «Lo llamé al móvil y cuando vi que me daba apagado supe de forma instantánea que algo muy malo le había pasado», dice Rosa.

Esa misma tarde dieron aviso a la Comisaría mientras que sus amigos y conocidos comenzaban a peinar las zonas en las que podía estar. Ni rastro. Pedro Matías había desaparecido y así sigue siendo a día de hoy.

«No se ha archivado»

Los intentos de los investigadores por localizar su paradero fueron infructuosos. Lo buscaron por tierra, mar y aire. Ni una sola pista de valor. Sus cuentas bancarias no han tenido movimientos y su teléfono móvil fue apagado sobre las dos de la tarde de esa misteriosa jornada.

Tal y como explicaron ayer fuentes autorizadas del Cuerpo Nacional de Policía, «la investigación no se ha archivado, sigue abierta, pero hasta el momento no ha habido avances y cada vez resulta más complicado resolver el caso por el paso del tiempo». Los agentes implicados en el caso «no dan por válida ninguna hipótesis por no tener resultados». «Se le busca muerto y se le busca vivo», aseguran.

Mientras, los familiares luchan y claman por que la desaparición de este chico de La Calzada no caiga en el olvido. «Era un chaval estupendo que tenía ningún problema ni de drogas, ni de dinero. Nunca faltaba de casa sin llamar, por eso estamos convencidos de que no se ha marchado voluntariamente», afirma su madre, quien asegura que «toda la familia estamos fatal, tomando antidepresivos y en un estado de angustia total durante todo el día. A mi hermana le ha dado un infarto y mi madre ha sufrido una trombosis. Esto no hay cuerpo humano que lo aguante».

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