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Cultura

UN ENFERMO DE 1.200 AÑOS

Ministerio de Cultura, Consejería, Ayuntamientos e Iglesia se reúnen mañana en Oviedo para hablar del futuro del Prerrománico, pero ¿cuál es su presente? ¿en qué estado se encuentra la que sin duda es la mayor joya de nuestra arquitectura?

LORENZO ARIAS

Domingo, 29 de noviembre 2009, 03:57

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El acuerdo del Parlamento que desbloquea y frena la construcción de la llamada Losa de Santullano podría convertirse en un signo de esperanza de un nuevo y efectivo cambio de mentalidad en la forma de entender, comprender y actuar sobre el Prerrománico asturiano. Y no estamos hablando solamente de consideraciones de índole económica o de ampulosos paquetes de financiación. Apelamos a la sensibilidad que precisa nuestro legado histórico-artístico repartido generosamente por nuestra región. Había muchas razones-fuerza para que se frenara el trazado subterráneo de la autopista adosada a nuestra iglesia altomedieval, pero sólo una ha quedado por ahora suspendida como incógnita ¿Por qué no se interviene con un profundo programa de restauración en Santullano? Todas las miradas, todas las palabras, todo el dinero iba para la autopista, para la losa, y ahora asistimos impávidos al envejecimiento de Santullano.

Nuestra iglesia cumple este año 1.200 años y el que viene 25, como Patrimonio de la Humanidad. Nunca tuvo una restauración arquitectónica desde que la redescubrió y restauró Fortunato de Selgas con dinero de su bolsillo en 1912 y sí una desafortunada restauración de sus pinturas murales en 1970, únicas en el occidente altomedieval. Nunca se intervino arqueológicamente en su subsuelo, en su lugar lo hicieron las expeditivas excavadoras que trazaron la autopista adosada a sus muros en 1972. Nunca nadie dijo que estaba enferma (se dijo pero no se oyó), que necesitaba cuidados intensivos y que todas las miradas, todas las palabras, todo el dinero debían de ir para su más que imprescindible protección médica.

Por el contrario, asistimos impertérritos a cómo se estudiaba con alta tecnología el subsuelo para realizar un trazado inmaculado de la imprescindible autopista a 15 metros de profundidad. Y se suponía con irresponsable alevosía que soportaría la losa/lápida cuando esa sería realmente su tumba, como todos los informes geológicos independientes lo confirmaban. Una lápida que costaría una cantidad indecente de dinero ¿26 millones? y que ahora deseamos creer que se invertirá en nuestro fatigado Prerrománico Asturiano. Necesitamos, pues, que se apliquen los principios rectores del Plan Director sobre el Prerrománico Asturiano, redactado, ultimado y entregado por Fernando Nanclares y Antón Capitel a la Administración regional hace más de dos años y a petición obviamente de la propia Administración.

Pero Santullano es un peligroso síntoma extremo; otros edificios de nuestra Monarquía asturiana debían responder a nuestra sensibilidad. Otro caso de necesaria solución es el de la Fuente de la Foncalada, obra excepcional de nuestro Prerrománico. El lamentable estado en que se encuentra hace imprescindible una solución a la indigna conservación de tan encomiable monumento; la musealización de la misma sería un salto cualitativo en su preservación.

Capítulo aparte lo representa la conservación de los ricos testimonios de pintura mural que nos ha legado nuestro preciado Arte asturiano. Si bien se ha restaurado buena parte del mismo (pinturas de Valdediós fundamentalmente), aún quedan dos iglesias (aparte de Santullano) en las que nunca se ha intervenido en sus pinturas murales (y decimos bien nunca): San Miguel de Liño (848), sus pinturas fueron descubiertas por José Amador de los Ríos en 1875, y Santo Adriano de Tuñón (891), descubiertas sus pinturas en 1950 por Luis Menéndez Pidal. Los programas pictóricos de Liño y Tuñón son imprescindibles en el estudio histórico-artístico de la pintura altomedieval de occidente. Por ello su restauración y conservación es en rigor de urgente y obligada ejecución, ¡objetivamente, incluso debería anteponerse a cualquier otra restauración! Su estado actual es, acorde con los recientes estudios realizados, de objetiva precariedad. El arte altomedieval no suele dejar mucho margen para la recuperación y los plazos para Liño y Tuñón se van acortando progresivamente.

Estos problemas que hemos expuesto representan ejemplos concretos del estado del patrimonio artístico altomedieval, de nuestro internacional Arte Prerrománico Asturiano. En ellos se denota cierta lentitud y disarmonía de diversos sectores de la administración social y de las autoridades políticas, administrativas y eclesiásticas, a la hora de gestionar con celeridad y profesionalidad la conservación de un patrimonio de incalculable valor y no menor repercusión a todos los niveles como es obviamente reconocido: cultural, histórico, artístico, turístico, económico.

Un Patrimonio cuya conservación no es totalmente desalentadora, y la fuerte inversión y fructífera consecución del exitoso Museo Arqueológico de Asturias así lo confirma, y ello reafirma la convicción, la toma de conciencia, de que somos nosotros los que tenemos el derecho y el deber de legar a las generaciones futuras en su integridad un Patrimonio tan rico y tan genuino como es el Arte Prerrománico Asturiano.

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