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Sociedad

Un alcaide con ideas

Nahum Álvarez pone todo su empeño en romper la rutina de los internos. Incluso se los lleva de excursión con su familia

J. A. GUERRERO

Miércoles, 9 de diciembre 2009, 04:04

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Nahum Álvarez, cacereño de 49 años, sindicalista de Comisiones Obreras, militante de Izquierda Unida, republicano y sociólogo de profesión (se formó académicamente en Alemania, a donde su familia emigró a finales de los 60) dirige la cárcel de Albolote (Granada) desde hace casi un lustro. Sería exagerado decir que Álvarez, un hombre sencillo, serio e introvertido pero amable en el trato, ha revolucionado la prisión granadina, aunque hay quien lo entiende así. Un veterano funcionario resume perfectamente los 'méritos' de Álvarez: «Ha mejorado el clima carcelario, ha sido un revulsivo en el funcionamiento interno de la prisión y cada día se esfuerza en romper las rutinas de los internos, lo que tiene su mérito teniendo en cuenta que no hay vida más rutinaria que la de un recluso». Antes de ser director, Nahum, 23 años en Instituciones Penitenciarias, trabajó como sociólogo del penal de Albolote, donde ideó proyectos que ahora está materializando. Su reto ha sido siempre mantener al interno en contacto con el mundo exterior para evitar su aislamiento y ayudar a su reinserción. Predica con el ejemplo. En una ocasión se fue de

excursión a Cazorla con su mujer,

su hija, de entonces año y medio, y catorce presos, entre los que había de todo. En esa filosofía se enmarca precisamente la visita que mañana realizará un grupo de reclusos con problemas psicológicos a una granja de burros en Sierra Nevada. Otros internos han disfrutado de iniciativas similares, como recorridos guiados por el Albaicín o visitas educativas a museos. Es frecuente, además, que se organicen encuentros entre presos y escritores. El último, con Luis García Montero, Premio Nacional de Poesía, que ofreció un recital entre rejas. En el tiempo que Álvarez lleva en el cargo, los presos controlados por sistemas telemáticos (con pulsera) han pasado de media docena a un centenar y se ha triplicado el número de internos que disfrutan del régimen abierto, es decir, que estudian cursos de formación o trabajan en la calle y sólo van a la cárcel a dormir. Al alcaide de Albolote le gusta que haya línea directa entre él y los penados. El mes pasado varios musulmanes le pidieron que les dejara organizar la Fiesta del Cordero (una de las más importantes en el calendario islámico) dentro de la cárcel. Nunca se había hecho y todo resultó perfecto.

Nahum, nombre judío bastante extendido en su pueblo de Hervás, tampoco es de los que elude a los periodistas, siempre pendientes de las noticias de un penal donde conviven 1.600 internos (por allí han pasado desde etarras históricos como Txikierdi a reos tan mediáticos como Tony Alexander King). «Te contesta con claridad. Si te lo puede decir te lo dice y si no, te explica que no puede contarte nada». Eso sí, de vez en cuando deja titulares fantásticos. Por ejemplo: «Si me ordenasen dirigir Guantánamo, objetaría».

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