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Un vecino tira la basura al contenedor fuera del horario establecido, que está señalizado en todos los recipientes. :: LUIS SEVILLA
El Ayuntamiento estudia ampliar el horario para tirar la basura
GIJÓN

El Ayuntamiento estudia ampliar el horario para tirar la basura

Lo más probable es que se adelante el horario, pero la recogida no llegará a los sábados en ningún caso

O. ESTEBAN

Miércoles, 27 de enero 2010, 09:40

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La nueva ordenanza municipal de medio ambiente, que está en la última fase de redacción, incluirá varios cambios. Uno de ellos podría afectar al horario establecido ahora para tirar los residuos sólidos urbanos. En estos momentos, los gijoneses pueden (en teoría) depositar sus bolsas de basura en los contenedores entre las 21 y las 23 horas, de domingo a viernes. El margen es demasiado estrecho para algunos. Por eso, el área municipal de Medio Ambiente se está planteando esa posibilidad, que pasaría seguramente por adelantar el horario, es decir, que comenzara antes de las 21 horas. Pero en ningún caso la recogida se ampliaría al sábado, ni se alargaría demasiado hacia la madrugada.

La primera cuestión, la de los sábados, ni se plantea. En Gijón hay recogida de residuos seis días a la semana y así se va a quedar. La filosofía de la empresa municipal no pasa por llevar la recogida a los siete días, cuestión aplicada al parecer en muchos lugares de Europa, donde se tiende a lo contrario, a reducir el calendario de recogida 'obligando' de ese modo a los ciudadanos a intentar producir menos desperdicios. Tampoco pasará la ampliación horaria por extenderla demasiado hacia la madrugada, ya que en ese caso existe un problema concreto. Es más, si hubiera que ponerse 'firmes' para controlar una hora, preocuparía más el fin del periodo permitido, porque tras el camión de recogida, lo habitual es que pasen los vehículos encargados de limpiar los contenedores por dentro y por fuera. Si se encuentran con bolsas depositadas nada más pasar el camión, la limpieza no es posible.

La nueva ordenanza modernizará y actualizará la vigente, que data de 1988 y que tiene como objetivo «hacer de la villa de Gijón una ciudad más higiénica, más limpia, más agradable y sobre todo más habitable, y que el ciudadano de cualquier clase y condición colabore y sea partícipe de todos aquellos problemas relacionados con la limpieza». Es de suponer que el objetivo será compartido con el nuevo texto, que se someterá a un debate público antes de su aprobación inicial. De hecho, será posiblemente una de las primeras tareas del futuro Consejo Sectorial de Medio Ambiente.

Esa ordenanza, tal y como adelantó EL COMERCIO, contempla la creación de los nuevos puestos de inspectores cívicos medioambientales (nombre oficial que tendrá en la normativa). Estos cuatro puestos (dos del turno libre y otros dos de promoción interna dentro de Emulsa) serán convocados, probablemente, durante el mes de febrero, una vez que finalice el proceso de configuración de la bolsa de 400 peones de limpieza y jardinería.

En las bases aprobadas la semana pasada por el consejo de administración de Emulsa (y consensuadas con el comité de empresa) se contempla que, entre sus funciones, estarán la «educación y sensibilización medioambiental de la ciudadanía y la inspección derivada del cumplimiento de la Ordenanza Municipal de Limpieza». Los cuatro inspectores informarán y repartirán materiales específicos sobre educación ambiental, difundirán el contenido de la nueva normativa, atenderán en la calle las quejas y sugerencias de los ciudadanos por posibles incumplimientos de la norma, deberán detectar las incidencias en calles y plazas y sobre el mobiliario urbano, de abandono de residuos, limpieza, pintadas o cualquier otro incumplimiento.

Entre sus funciones estará también, de forma específica, el «análisis del comportamiento ciudadanos en los polígonos industriales». Se incluye esta última cuestión porque Emulsa no tiene en estas zonas una presencia constante como sí la hay en la zona urbana donde, de hecho, Emulsa ya cuenta con el equipo de coordinadores ciudadanos que dan cuenta de las incidencias e intervienen en conflictos entre particulares.

Los cuatro inspectores cívicos deberán «vigilar, comprobar e informar sobre las denuncias» de particulares, «identificar mobiliario en mal estado», comprobar la limpieza de las terrazas hosteleras, estudiar el uso de los puntos limpios, verificar el buen funcionamiento de la recogida selectiva... Las bases incluyen también el aspecto sancionador tan polémico ya. En concreto, recogen entre las funciones de los trabajadores la «iniciación del procedimiento sancionador, mediante denuncia al órgano municipal competente». En este sentido, la nueva ordenanza también recogerá este aspecto: «Los inspectores cívicos y los agentes de la Policía Local pueden realizar comprobaciones en espacios públicos y cursar las denuncias que consideren convenientes». A falta de comprobar cómo se plasmará esa función, parece claro que los inspectores no sancionarán de forma directa, sino que iniciarán tan sólo el expediente sancionador.

Mientras tanto, los interesados en acceder a estos nuevos puestos deberán estudiar desde la normativa de contaminación acústica a la atmosférica, pasando por la ley de residuos del Principado, el tratamiento de residuos especiales y peligrosos, deberán conocer todos los procedimientos del servicio público de limpieza y conservación de zonas verdes...

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