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Avilés

Un homenaje al pelotazo

Tuilla y Avilés rivalizaron en un partido sin apenas fútbol y en el que se impuso el trabajo defensivo para un justo empate sin goles

NACHO GUTIÉRREZ

Lunes, 22 de diciembre 2008, 09:20

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Tuilla y Avilés despidieron el año competitivo con un partido insufrible a ojos del aficionado y del cronista. Las condiciones de un campo ahora sintético pero que es casi de fútbol-7 por sus reducidas dimensiones, convierten los partidos de El Candín en especiales y muy complicados de afrontar, porque casi siempre las circunstancias pueden con el fútbol.

El encuentro de ayer no ofreció casi nada de bueno, más allá del esfuerzo de los jugadores, de forma que el empate sin goles es el premio que uno y otro equipo se pueden merecer. Un punto que al Tuilla le sirve para mantener sus acciones en positivo, mientras el Avilés no sale de pobre, situado a un paso de las posiciones de descenso a regional.

Los dos equipos se plantaron en el campo con idénticas misivas: ni un despiste defensivo, atención a las segundas jugadas y, para ganar, máximo aprovechamiento de las mínimas ocasiones. Las dos primeras premisas se cumplieron a rajatabla; la segunda casi ni existió porque oportunidades de gol que se puedan considerar como tales, hubo una por bando, ambas en los minutos finales, la más clara para el Avilés.

El entrenador local, el avilesino Julio Arniella, dispuso su habitual esquema 4-4-2, si bien el Tuilla se movió con mucho respeto ante un Avilés que llegó a jugar con siete defensas en el tramo final del choque, a partir de la entrada de Ángel al campo mediada la segunda parte.

Robles, pese a la acumulación de bajas en la medular, descartó a Borja Prieto optando por Goyo en el centro del campo. De esta forma, el Avilés supo atajar virtudes más habituales en el Tuilla, al que ganó en anticipación y prestancia. En lo demás, uno y otro conjunto estuvieron a la par: mucho juego aéreo y balones largos, casi siempre demasiado largos para un campo tan pequeño.

Y Villa de testigo

Todo un homenaje al pelotazo que sufrió el mismísimo David Villa, instalado en la grada de El Candín en su primer día de vacaciones. Seguramente pensaría lo complicado que son este tipo de partidos para cualquier delantero, sobre todo los 'bajitos'.

Destacaba Arniella del Avilés su mejor adaptación al juego, con un primer cuarto de hora en el que los locales casi no vieron la pelota. Tuvo el equipo de Robles hasta su opción en una jugada personal de Carlos que el chaval culminó con un buen remate a centímetros del poste de Adrián.

El aviso sirvió para que el veterano Alfonso tomara el DNI al candasín, que volvió a realizar un trabajo enorme, poco lucido y con la habitual factura de golpes para el delantero blanquiazul, más solo que la una en una batalla imposible y en la que Robi era el segundo soldado granate ante los fornidos zagueros arlequinados.

Aunque el Tuilla se espabiló y buscó su suerte en disparos lejanos, saques de falta y un libre directo del especialista Marcos, el Avilés no hizo ninguna concesión defensiva, con Goyo y Paul como guardianes por delante de la línea de cuatro. Víctor, además, se mostraba siempre seguro y atento en los balones que llegaban a sus cercanías.

La primera parte se consumió sin más historia, con un ir y venir del balón casi de partido de tenis, con el cuero más tiempo por el aire que a ras del sintético. Nada alteró la calma de El Candín en una primera parte que se hizo demasiado larga y que dio paso a un segundo tiempo que poco más dio de sí hasta los minutos finales.

Casi todo lo anterior del segundo tiempo sobró, aunque de nuevo el Avilés salía bastante mejor dispuesto que su rival. José Ángel no acertó por poco en un cabezazo a saque de falta y Fer construyó un par de acciones de peligro, la primera tras pared con Robi y en la que su disparo no llevó la suficiente fuerza y colocación para debordar al portero local, echando alto un segundo intento poco después del anterior.

El Tuilla parecía incapaz de negociar jugadas de peligro, sin que Marcos y Quiñones fueran capaces de superar la malla del Avilés, sin que sus dos 'tanques' Yoni y Borja Secades, pudieran con José Ángel y Jonás, aunque el primero de los citados puso a prueba a Víctor en un balón suelto a los 64 minutos.

Mediada la segunda parte llegó el momento de los técnicos: Arniella buscó la movilidad y buena zurda de Gonzalo, en tanto Robles fortalecía su sistema con otro defensa, Ángel, en lugar de Fer, pasando Goyo al costado derecho. Minutos más tarde Carlos salía del campo como en las últimas citas, apoyado en el fisioterapeuta, lleno de dolores y golpes.

El partido entró en calor en el campo y en la grada a raíz de un cruce de insultos entre unos aficionados avilesinos y el meta local Adrián, incidente resuelto por la fuerza pública. Entonces llegaron las faltas reiteradas, las protestas, casi todas las tarjetas del partido, y las dos únicas ocasiones del mismo.

La tuvo Radamés

Radamés dispuso de la más clara en el minuto 84 cuando se plantó ante Adrián tras pase de Robi. El de Salinas no hizo un buen control y le salió un remate muy flojo que pese a burlar la salida del portero fue sacado por Loredo en la misma línea de gol. Y a dos minutos del 90, un rechace de Ramón dejó solo a Dani Álvarez ante Víctor, que supo salir rápido ante la lentitud del lateral tuillense en armar su remate.

El 0-0 más justo jamás visto.

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