Ciudadanos no ve en Asturias «demanda social» para la reforma estatutaria ni para la cooficialidad

El presidente nacional de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, Albert Rivera, afirmó ayer que su formación no apoya la oficialidad de la lengua asturiana ni la reforma del Estatuto de Autonomía del Principado, ya que no detecta «demanda social» para esas cuestiones. «Respetamos la demanda que pueda haber para la oficialidad, pero tenemos la percepción de que no hay una mayoría social que la reclame. Sí detectamos que una buena parte de la sociedad pide que se respete el bable y se defienda ese patrimonio cultural, pero no que se le dé la oficialidad», declaró a EL COMERCIO el líder y portavoz parlamentario de Ciudadanos en Cataluña.

Rivera hizo estas afirmaciones en Oviedo, donde presidió la asamblea constitutiva de su partido en Asturias. Ciudadanos, que dice contar con unos treinta afiliados y un centenar de simpatizantes en la región, tiene la intención de presentar una candidatura a las elecciones generales del próximo mes de marzo por la circunscripción asturiana. Por el momento, lo que eligió ayer fue el consejo de su agrupación en el Principado, que estará encabezado, con el cargo de coordinador, por el abogado ovetense Luis Zaragoza. Hernán Valladares será el secretario y Ricardo Martínez, el tesorero.

«Tonto el último»

Antes de la reunión, el presidente de Ciudadanos ofreció una rueda de prensa en la que se refirió de forma crítica al proceso de reformas estatutarias. «Las reformas legales se deben a situaciones de necesidad social. Si en Asturias hubiese un clamor a favor de reformar el Estatuto, estaríamos de acuerdo», dijo, pero cree que esa demanda social es inexistente y que la apertura del proceso por parte de los partidos se lleva a cabo «más por subirse al carro del 'tonto el último' que a una necesidad social». Por ello, considera que «el actual Estatuto es perfectamente válido, e incluso tiene competencias por desarrollar».

Rivera explicó las líneas ideológicas que defiende su partido, que en el ámbito del modelo territorial del Estado apuesta por «un modelo simétrico, autonómico o federal igualitario». «Lo de 'café para todos' nos gusta, e incluso si puede ser con copa y puro, mejor», dijo descriptivamente para ejemplificar que «el País Vasco no tiene por qué tener más derechos que Asturias, porque son los ciudadanos los que tienen derechos» y todos tienen que ser iguales. «En un Estado moderno no tiene demasiado sentido tener privilegios territoriales», remató.

Acerca del espacio electoral de Ciudadanos, su líder lo situó entre el centro y la izquierda, con «dos corrientes que nutren nuestro partido, una liberal-progresista y otra socialdemócrata». Recalcó, además, que «lo que es inequívoca es nuestra vocación nacional», que implicará que «este partido va a tener un discurso absolutamente igual en Cataluña, Asturias o Andalucía».

Rivera anunció la intención de su formación de concurrir a los comicios legislativos de marzo con el principal objetivo de «influir en la política nacional», dejando en un segundo plano la posibilidad de obtener representación parlamentaria, que no descartó, aunque admitió que el sistema electoral lo hace complicado. En ese sentido, explicó que una de las propuestas de Ciudadanos será modificar la ley electoral, «para que no tengan tanto peso los localismos y nacionalismos», capaces ahora de decidir en la política nacional con muy escasa representación. Propone también limitar los mandatos de cargos públicos a ocho años, además de «un modelo de separación de poderes absoluta».