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EE UU garantiza la inmunidad a los mercenarios desplegados en Irak
Internacional

EE UU garantiza la inmunidad a los mercenarios desplegados en Irak

El privilegio compromete la investigación del FBI sobre el tiroteo que acabó con la vida de 17 civiles en Bagdad Al Maliki pretende poner fin a las exenciones ante la ley

PEDRO RODRÍGUEZ

Miércoles, 31 de octubre 2007, 01:56

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La investigación para depurar responsabilidades sobre el tiroteo protagonizado el mes pasado por guardaespaldas de la compañía Blackwater en el centro de Bagdad puede terminar en otro ejercicio de futilidad dentro del problemático historial de Estados Unidos en Irak. Aunque el FBI ha destinado un equipo para aclarar este caso con diecisiete muertos y visos de negligencia penal, todos los mercenarios implicados han recibido inmunidad a cambio de prestar declaración ante investigadores del Departamento de Estado, cuya Oficina de Seguridad Diplomática está encargada de supervisar las cada vez más polémicas actividades de estos escoltas privados.

En virtud de este privilegio, algunos de los empleados bajo sospecha de Blackwater ya se habrían negado a ser interrogados por el FBI. Ante el escándalo en Bagdad y Washington, el Departamento de Estado se ha apresurado a indicar que este acuerdo de inmunidad no ha sido aprobado por ninguno de sus altos cargos. Aunque la semana pasada, Richard Griffin presentó su dimisión inmediata como responsable de la Oficina de Seguridad Diplomática.

Pese a estas complicaciones adicionales, se espera que las pesquisas del FBI realizadas sobre el terreno concluyan en breve para que los fiscales del Departamento de Justicia decidan si es viable formalizar acusaciones contra los empleados de Blackwater por homicidio negligente. Posibilidad calificada como muy remota por diversos analistas legales.

Toda esta compleja saga de responsabilidades penales en una zona de guerra tiene su origen el pasado 16 de septiembre durante el desplazamiento por el centro de Bagdad de un convoy diplomático de Estados Unidos con escoltas suministrados por la compañía Blackwater. Al pasar en dirección contraria por la concurrida plaza de Nisour, un segundo equipo de guardias de seguridad abrió fuego, generando diecisiete víctimas mortales y veinticuatro heridos. Inicialmente, la empresa y el Departamento de Estado afirmaron que el convoy había sido atacado. Versión negada por testigos, las autoridades iraquíes y un informe preliminar del Pentágono.

A este incidente se sumó, el pasado día 9, la muerte de dos mujeres cuando viajaban en un coche particular a manos de hombres armados de la compañía Unity Resources Group, con sede en Dubai.

Sueldos millonarios

Blackwater ha recibido alrededor de mil millones de euros del Departamento de Estado norteamericano desde 2001. Prácticamente todos los elementos enrolados, con sueldos fantásticos, son ex militares de las unidades de élite, principalmente comandos de la Marina (SEAL) y rangers de la Armada. Hay muchos no americanos procedentes de ejércitos de países que recibieron en su día el entrenamiento selectivo de los programas norteamericanos y el propio presidente de Blackwater, Eric Prince, es un ex comando de la Navy.

Como respuesta, el Gobierno que dirige Nuri Al Maliki aprobó ayer un proyecto legislativo que elimina cualquier noción de inmunidad para compañías de seguridad extranjeras. El texto fue remitido al Parlamento y quiere suspender el privilegio rubricado en 2003 por Paul Bremer, el administrador nombrado por la Casa Blanca tras la invasión para derrocar a Sadam Hussein.

El pasado 23 de septiembre el Consejo de Ministros ya decidió suprimir la ley número 17 de 2004, emitida por el Gobierno de coalición transitorio, que rige sobre todas las empresas extranjeras de seguridad privada, según un comunicado emitido entonces.

El Gobierno iraquí dio el primer paso para la supresión de esta patente de corso el 18 de septiembre cuando anunció que revisaría todos sus contratos con compañías de seguridad Blackwater tras la muerte de los diecisiete civiles.

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