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EN OVIEDO. Carbonell, con su característico sombrero. / JESÚS DÍAZ
«Nadie ha podido constatar nuestra convivencia con los neandertales»
EUDALD CARBONELL ARQUEÓLOGO Y GEÓLOGO

«Nadie ha podido constatar nuestra convivencia con los neandertales»

El co-director de Atapuerca, que ayer abrió la Semana de la Ciencia de la Universidad de Oviedo, valora los hallazgos del Sidrón y la cueva del Conde en el estudio de la especie

ALBERTO PIQUERO

Martes, 13 de noviembre 2007, 02:29

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Dirige junto a Juan Luis Arsuaga y Bermúdez de Castro las excavaciones de Atapuerca, en cuyo yacimiento prehistórico ha hecho uno de los descubrimientos más sobresalientes: el homo antecessor, hallazgo que -confiesa- «me emocionó e hizo que me emborrachara aquel día». Se define como «analítico y temperamental» y Eudald Carbonell (Gerona, 1953) es, además, doctor en Geología del Cuaternario por la Universidad Pierre y Marie Curie, así como en Historia por la de Barcelona. En la actualidad dirige el Institut Catalá de Paleoecología Humana/Evolusió Social. Ayer estuvo en la Universidad de Oviedo, invitado por el vicerrectorado de Investigación, para impartir la conferencia 'Atapuerca, subsistencia y tecnología', con ella abrió la VII Semana de la Ciencia y la Tecnología.

-¿El aluvión de noticias que nos llegan sobre nuestro pasado prehistórico se debe a que hay muchas novedades en esas investigaciones o a que los medios de comunicación han elevado su interés por esa materia?

-A las dos cosas. Hay novedades en paleoantropología, paleontología y arqueología. Pero también los medios de comunicación han empezado a interesarse por el pasado, ahora que nuestra especie está en crisis.

-Una de las últimas hipótesis es que el homo sapiens podría no proceder de África, sino de Eurasia. ¿La comparte?

-Lo que no sabemos es de dónde emerge el homo sapiens. Tiene muchas características del homo antecessor, pero las cosas no están tan claras como con los neandertales, que proceden de los heilbergensis. Es buscando su rama evolutiva que se ha planteado esa nueva hipótesis.

-Su colega Juan Luis Arsuaga ha encontrado nuevos indicios en la asturiana cueva del Conde de que los neandertales no eran tan elementales en sus costumbres como se ha sospechado.

-Efectivamente. No es nuevo. He hablado mucho con Arsuaga sobre ello. Desde hace quince años, se sabe que poseían una cultura relativamente evolucionada. Sólo lo niegan algunos científicos ingleses. Eso, sí, eran muy distintos al homo sapiens.

-¿Convivieron ambas especies?

-Yo llevo treinta años trabajando en la investigación de los neandertales, y nadie ha podido constatar esa convivencia. No hay ninguna cueva con vestigios de ambos. De modo que algo anómalo hay en esa circunstancia, que todavía hemos de aclarar.

-El paleobiólogo Antonio Rosas auspicia por sus trabajos con restos neandertales de la cueva del Sidrón que acaso hablaran...

-Al menos, que tuvieran ese potencial, sí. El oído intermedio de nuestros predecesores de hace 500.000 años ya tenía una misma frecuencia. Se supone que es porque alguien les hablaba.

-¿Por qué afirma en uno de sus libros que todavía no somos plenamente humanos?

-Porque ser humano es un proceso. Hace dos millones y medio de años no teníamos conciencia. Seremos humanos cuando tengamos competencia sobre lo que hacemos y lo que somos. Y después vendrá la deshumanización biotecnológica.

-¿Qué nos enseña el pasado?

-El pasado no sirve para nada si no contribuye a la liberación de nuestros organismos inteligentes en el futuro. Será el futuro quien nos permita entender el pasado. Podemos ir hacia atrás desde los problemas actuales.

-¿Un especialista en glaciaciones milenarias tiene opinión acerca del cambio climático presente?

-Desde luego. Yo he sido escéptico acerca de la intervención humana en el cambio climático que vivimos. Ya no tengo ninguna duda. Científicos como Adolfo Eraso, que mide la pérdida de masa glacial y la conductividad del agua en el Polo Norte, han demostrado que los seres humanos estamos precipitando el cambio mediante el aumento del CO2, óxidos nitrosos y metanos. La predicción es que el Polo Norte podría desparecer en 2100 -en los cálculos prudentes-, o incluso en 2040.

-¿Ve el futuro con pesimismo?

-Yo soy pesimista a corto plazo y optimista a largo plazo. Creo que habrá un colapso en el que pueden perecer la mitad de las especies. pero que servirá de enseñanza.

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