Borrar
Los Príncipes de Asturias, en la recepción al presidente de Yemen
Los 40 años de don Felipe de Borbón
Politica

Los 40 años de don Felipe de Borbón

Hace unos días, en todas las televisiones españolas y, tal vez, en muchas extranjeras, apareció una estampa francamente enternecedora.

CORÍN TELLADO

Miércoles, 30 de enero 2008, 09:09

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hace unos días, en todas las televisiones españolas y, tal vez, en muchas extranjeras, apareció una estampa francamente enternecedora. En el jardín de su palacio, el Príncipe de Asturias enseñaba a su hija Leonor a montar en bicicleta; entre tanto, la Princesa Letizia y su hija Sofía contemplaban el cuadro con verdadera atención. Nos demostraban, una vez más, lo que conforma una familia.

Conocí al Príncipe Felipe en Oviedo cuando me otorgaron la Medalla de Asturias. Me pareció un muchacho, además de erguido y atractivo, inteligente, cercano y amable. Nos dejaron en un salón, y el encargado del evento nos dijo que allí no había protocolo. El presidente Álvarez Areces y el Príncipe de Asturias procedieron a conversar con nosotros en un coloquio muy sencillo. Ahí me demostró don Felipe su gentileza y su inteligencia.

Hoy cumple cuarenta años. Esperemos que el pueblo, que lo quiere, lo celebre con él aunque no esté a su lado.

Es indudable que los españoles somos monárquicos, que preferimos la seguridad que ofrece la Monarquía a otros sistemas desconocidos. Nos gusta ver a los Reyes, padres del Príncipe de Asturias, a la Familia Real unida, presidida por el rey don Juan Carlos y la reina doña Sofía, que siempre han dado ejemplo de buen hacer.

Estamos seguros, así lo considero yo, de que si un día los Príncipes de Asturias llegan a Reyes, serán igualmente cercanos y cariñosos, y entenderán que su pueblo les admira y les quiere. Hay que tener en cuenta que el joven don Felipe, que cumple cuarenta años, puede ser un Rey tan positivo como lo está siendo su padre.

En cuanto a la Princesa, Letizia Ortiz, nos ha demostrado ya su talante, su categoría y su forma de adaptarse al especial papel que desempeña.

Como anécdota, contaré algo que me ocurrió el día que me otorgaron la Medalla de Asturias. Puesto que no había protocolo en la sala, me agradó, con ese sarcasmo que suelo usar a veces, tomarle el pelo al importante señor que tenía delante y, al terminar, le dije: «A ver cuándo nos casamos». Esa misma tarde oí en la radio cómo me censuraba un señor especializado en juzgar lo que no conoce, y decía de mí que había que perdonarme porque era una señora mayor que no sabía muy bien lo que decía. Me pareció necio, porque yo sé siempre lo que digo, y lo que no debo decir, lo callo. El Príncipe, en aquella ocasión, sonrió divertido. Tiempo después, cuando ya se había hecho público quién era la mujer que le acompañaría el resto de su vida, recordé aquella anécdota, y por eso la repito hoy. Nunca le di mayor importancia, y estoy segura de que la ironía inteligente del Príncipe tampoco se la dio.

Los españoles, evidentemente, somos monárquicos. Nos gusta ver a la Familia Real con sus nietos e hijos, con sus allegados, y nos gusta saber qué hacen, y compartir, si podemos, sus alegrías con toda deferencia.

Por eso, hoy deseo lo mejor del mundo para la pareja con sus dos hijitas, que son preciosas, hay que decirlo. Y les deseo lo mejor porque creo que se lo merecen. Si llegan a ser Reyes de España, sin duda les vamos a querer. Basta ver cuando acuden a algún evento de los obligados por su condición principesca, cómo el pueblo les sigue, el entusiasmo con que busca sus manos, y ellos se entregan con todo cariño.

Ojalá, pues, lo celebren y lo pasen divinamente hoy, día del cumpleaños de don Felipe. A él le deseo todo lo que se merece -que es mucho- por su inteligencia, por su bondad y por su cultura.

Con todo afecto, para este día y todos los demás.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios