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Asturias, en alerta por la aparición en El Bierzo de una enfermedad que afecta a los árboles
EL CAMPO

Asturias, en alerta por la aparición en El Bierzo de una enfermedad que afecta a los árboles

El fuego bacteriano ataca a los frutales de pepita, como perales y manzanos, y a plantas silvestres y ornamentales El Principado realiza controles en los viveros y en zonas montañosas cerca de León para evitar su propagación

I. GÓMEZ

Miércoles, 6 de febrero 2008, 03:58

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El Principado ha puesto en marcha todos sus servicios de control para evitar que la enfermedad del fuego bacteriano, en la comarca leonesa de El Bierzo ya ha destruido miles de árboles, pueda afectar a Asturias. Esta bacteria, denominada 'Erwinia amylovora' ataca fundamentalmente a los frutales de pepitas, plantas silvestres y otras ornamentales. Asturias está especialmente preocupada por la posible afección de esta enfermedad a los manzanos, por lo que se han puesto en marcha las primeras medidas de control.

Enrique Rodríguez Nuño, director general de Ganadería y Agroalimentación, aseguró que «Asturias no es un lugar natural para que aparezca el fuego bacteriano. La forma de que llegara a nuestra región es comprando productos infectados y eso es lo que pretendemos evitar». Las primeras medidas adoptadas por las autoridades regionales son controlar los viveros y tomar muestras en las zonas de montaña cercanas a la comarca leonesa de El Bierzo, aunque todos los análisis realizados hasta el momento han dado negativo. Aunque la Unión Europea considera que España es una zona protegida contra esa bacteria, ya es conocida desde hace tiempo en zonas como Navarra, Aragón, La Rioja y Cataluña.

Máximo Braña es el responsable de Sanidad Vegetal de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural y, si bien recalca la labor de prevención iniciada por el Principado, asegura que «lo que no podemos controlar son las 'importaciones clandestinas' realizadas por gente sin mala intención que viaja hasta la zona de El Bierzo y trae una planta infectada». Por eso, la Administración regional pretende editar muy pronto carteles y folletos informativos sobre esta enfermedad, que serán distribuidos en cooperativas, oficinas comarcales de agricultura y asociaciones.

María Dolores Blázquez y Enrique Dapena pertenecen al Programa de Investigación de Fruticultura del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida). Ambos están trabajando en «la mejora genética de variedades de manzano, en concreto en la obtención de variedades tolerantes o resistentes al fuego bacteriano». Enrique Dapena indica que «hemos realizado varios cruzamientos en los que se han utilizado variedades seleccionadas, acogidas a la denominación de origen protegida Sidra de Asturias, y genitores resistentes a esta bacteria causante del fuego bacteriano».

Cuatro variedades

Aún hay que esperar para tener resultados, pero los investigadores aseguran que «el primer cruzamiento se efectuó en 1989 y del mismo ya disponemos de cuatro variedades de muy baja sensibilidad al fuego bacteriano y se encuentran en fase de preselección los materiales obtenidos en el periodo 1990-1994. Se han abordado también trabajos destinados a conocer el grado de sensibilidad a esta bacteria de algunas de las variedades de sidra asturianas seleccionadas en el Instituto National de la Recherche Agronomique de Angers (Francia) y en el País Vasco».

Esta contagiosa enfermedad y de muy difícil control está causando estragos en El Bierzo. Según datos aportados por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León, en 2007 fueron analizadas 3.000 hectáreas de plantaciones intensivas de frutales de pepita en diez municipios de El Bierzo y el resultado es que están en proceso de arranque 14.000 árboles (70% perales y 30% manzanos). En el resto de la provincia leonesa se han detectado otros focos, con cerca de 6.000 árboles dañados (61% perales, 22,5% manzanos, 8% membrillos y 8,5% especies ornamentales).

Los síntomas que presentan los árboles afectados por el fuego bacteriano son que, tras la floración, las inflorescencias y las hojas adquieren un aspecto como si se hubieran quemado. En condiciones meteorológicas de una temperatura entre 18 y 29 grados centígrados y una humedad entre el 80% y el 90%, aparecen unas gotas viscosas producidas por las bacterias que, mediante las aves, los insectos o el propio viento, pueden llevar la enfermedad a árboles vecinos.

Existen tratamientos muy poco eficaces, como algunos a base de cobre u otros con antibióticos, pero los expertos consideran que el único remedio es arrancar y destruir de forma inmediata los ejemplares afectados.

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