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VECINOS. Residentes en el barrio del Pevidal posan en una de las calles de la pequeña comunidad vecinal. / P. G.-P.
Barrio con acceso a ninguna parte
GOZÓN CARREÑO

Barrio con acceso a ninguna parte

Vecinos del Pevidal, en Candás, llevan 16 años demandando un paso peatonal que evite que «tengamos que jugarnos la vida en un arcén»

PEPE G.-PUMARINO

Lunes, 3 de marzo 2008, 03:52

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Dieciséis años de aislamiento peatonal. La pequeña comunidad del barrio candasín del Pevidal, integrada por nueve viviendas, en la que residen 25 vecinos, llevan toda una vida incomunicados. Su pecado no fue otro que vivir en el extrarradio, en lugar elegido por el azar de las administraciones para construir el nudo de comunicaciones viales y ferroviarias del municipio.

Poco a poco, el pequeño enclave, situado a sólo dos kilómetros del centro urbano de la villa, fue quedando arrinconado. La lucha que mantienen sus moradores no se agota a pesar de haber discurrido ya más de tres lustros desde que comenzó el problema. Ni los responsables de Feve, ni la Dirección General de Carreteras, ni tampoco el Consistorio de Carreño son capaces de dar respuesta a las demandas de estos vecinos.

Los residentes del Pevidal vienen luchando sin tregua en una batalla que se antoja desproporcionada. «Nos jugamos la vida cuando nos desplazarnos a pie hasta el centro de Candás», afirmó una vecina. Todo ello porque para recorrer la distancia que separa la vía de Feve hasta la acera construida en la prolongación de la avenida de Fernández Ladreda, los vecinos tienen que utilizar el arcén de la glorieta de Noval, con el riesgo que ello conlleva. Otra posibilidad es ir a través de la As-110, donde fue habilitado un estrecho camino, que no es otra cosa que un firme de zahorra imposible de transitar a pie en caso de lluvia, indican los vecinos.

Falta de compromiso

Pero como señalan Alfredo Pinilla y Secundino García García, a las penurias diarios que padecen para salir de sus casas se une la falta de compromiso para poner fin a este problema. «Vienen y nos muestran unos planos en los que dicen que harán muchas cosas, pero hasta ahora lo único que han hecho es plantar unos árboles y hacer un paso soterrado que se inunda con las lluvias a base de escoria; algo indignante que pone de manifiesto su falta de responsabilidad», apuntan los residentes del Pevidal.

Cansados de pedir, los vecinos están defraudados y algo «desesperados». Acuden una y otra vez a los políticos locales y dirigen sus quejas a las administraciones responsables sin obtener la más mínima respuesta. La nueva rotonda construida ha convertido en un obstáculo también el acceso rodado al barrio. «Esto es una encerrona, especialmente los días de mayor saturación del tráfico», insisten los afectados.

Semáforo en la As-110

Los vecinos del Pevidal esperan que la Dirección General de Carreteras del Principado tenga a bien tomar cartas en el asunto y habilite un acceso en la As-110, con la consiguiente instalación de un semáforo de activación manual y de un paso de peatones. Eso sí, antes deberá eliminar un tramo de la valla metálica de seguridad.

Mientras tanto, los responsables de infraestructuras de Feve siguen sin poner en marcha parte del proyecto comprometido. La asociación de vecinos ha instado a FEVE a que finalice el paso peatonal de los barrios de La Matiella Alta y Pevidal. En una nota de prensa, la comunidad vecinal exige al Ayuntamiento de Carreño que conmine a los organismos implicados a «buscar una solución».

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