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DETALLE. De la Prida muestra el proceso de formación. / SEVILLA
Un grupo de investigación da con la clave para realizar discos duros de alta densidad
UNIVERSIDAD

Un grupo de investigación da con la clave para realizar discos duros de alta densidad

El físico asturiano Víctor de la Prida ha fabricado hilos magnéticos capaces de codificar la información

JORGE RODRÍGUEZ

Lunes, 3 de marzo 2008, 03:54

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¿Se imaginan discos duros con una capacidad de almacenamiento cien veces superior a la actual? Pues bien, el producto final que podría posibilitar éste y otros avances es una de las líneas de investigación seguidas por el profesor de Física de la Universidad de Oviedo Víctor Manuel de la Prida (Villaviciosa, 1970). Con un proyecto integrado dentro del Grupo de Materiales Magnéticos Amorfos y Nanocristalinos dirigido por la profesora Blanca Hernando, De la Prida ha conseguido -junto al técnico Víctor Vega- fabricar hilos de níquel, cobalto, hierro o distintas aleaciones magnéticas con estos materiales a escala nanométrica.

Ultra-alta densidad

Un trabajo que podría permitir la fabricación de dispositivos de almacenamiento magnético de información de ultra-alta densidad. Lo cual quiere decir que la capacidad actual de un disco de 150 gigabytes por centímetro cuadrado se incrementaría, aproximadamente, en un mecanismo capaz de soportar los 1.000 gigas. La clave, según explica De la Prida, radica en que el soporte para guardar la información sigue una disposición perpendicular en lugar de horizontal, algo que permite obtener una mayor densidad de almacenamiento de información. Además, los métodos de fabricación tienen un coste más bajo del que pueden suponer hoy en día estos dispositivos.

El proyecto, en el que De la Prida lleva trabajando más de un año, surge a partir de su dualidad de interés y especialización en el campo del magnetismo. Y en concreto, como él mismo asegura, por la colaboración mantenida con el profesor de investigación del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) Manuel Vázquez.

Para obtener esos hilos de escala nanométrica, aplicables a varias utilidades, el investigador y físico asturiano parte de un disco de aluminio de alta pureza, a partir del cual, mediante un proceso de anodización (técnica para alterar la superficie de un material), se crea óxido poroso -en un proceso que puede durar varios días- y durante el cual los poros, de dimensiones nanométricas (20-50 nm), se auto-ordenan en forma hexagonal a medida que van creciendo, consiguiendo la apariencia de un panal de abeja.

Una vez concluye esta parte del proceso ya se tiene el material primario, que permite fabricar la plantilla o molde a partir de la cual crecerán los hilos nanométricos. Resultado, todos ellos, de rellenar cada uno de los poros o cavidades uniformes de la plantilla con el material magnético empleado, ya sea níquel, hierro, cobalto o una aleación.

Después de conseguir el producto final, un arreglo ordenado de hilos magnéticos en una matriz de alúmina (óxido de aluminio) nanoporosa, esos hilos se codifican magnéticamente como información en 0 ó 1 (código binario). Pese a que se ha conseguido obtener este producto final, De la Prida matiza que aún es necesario «optimizarlo» para comprobar su aplicación.

Otras aplicaciones

Sin embargo, la línea de investigación seguida por este titulado de Ciencias Físicas por la Universidad de Cantabria no tiene la aplicación única del almacenamiento de información. Este «arreglo ordenado de hilos magnéticos» también podría tener cabida, entre otros campos, como en el de la salud. «Se podrían introducir estos nanohilos magnéticos en el cuerpo humano y combinarse con las células, de tal forma que al aplicar (posteriormente) un campo magnético de forma local, seríamos capaces de aislar, por ejemplo, las células malignas de un tumor», apunta De la Prida.

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