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CONVENCIDA. Eila Khaled demostró ayer en Oviedo cómo ha evolucionado su pensamiento. / MARIO ROJAS
«Negociar no sirve, la ocupación sólo se termina con lucha armada y resistencia»
LEILA KHALED GUERRILLERA PALESTINA

«Negociar no sirve, la ocupación sólo se termina con lucha armada y resistencia»

Secuestradora de aviones en los años 60, cree que el boicot comercial puede ayudar a Palestina

RAMÓN MUÑIZ

Martes, 8 de abril 2008, 05:52

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El rostro de Leila Khaled ha pasado por más de seis operaciones de cirugía estética. Su cara estaba en demasiados pósters después de que secuestrara un avión un año después de Mayo del 68. Era una época de antimperialismo, de reivindicación feminista, de solidaridad con la causa árabe. Esos aires elevaron su retrato a los altares y paredes que entonces solo vestía el Che Guevara. «La chica terrorista» o «Belleza mortal» eran los títulos que le concedía la prensa. Pero ella quería huir de los focos. Se metió en el quirófano, varias veces y siempre sin anestesia. «Tengo una causa más grande y noble que la mía propia», explicaba. Lo siguiente que hizo tras conseguir una cara anónima fue saltarse un control y volver a secuestrar otro avión.

-En su día dijo que la retirada de las tropas españolas de Irak ayudaba a los palestinos. ¿Por qué?

-Por ser una muestra de que el pueblo español y su gobierno están en contra de la ocupación. Lo que nosotros sufrimos también es una ocupación, así que, igual que hizo con Irak, el gobierno español debería, para ser consecuente, dejar de colaborar con Israel. Especialmente, en el tema de las armas.

-Tras décadas de lucha contra el imperialismo y secuestro de aviones, ahora llega con un mensaje dirigido a una de las bases del capitalismo: el consumidor. Está convencida de que los compradores españoles pueden ayudar en la liberación de su pueblo. ¿Cómo es eso?

-El ejemplo lo tomamos del 'apartheid' sudafricano. Esa injusticia se empezó a mover gracias a un boicot a los productos vinculados a esa segregación. Lo que digo es que hay que boicotear a Israel igual que entonces se hizo con Sudáfrica. Aquello empezó desde la gente del pueblo y se fue extendiendo entre todos los consumidores del mundo. Sólo EE UU e Israel no secundaron ese movimiento, una protesta que logró liberar a todo un pueblo. Creo que el mundo puede vivir otra experiencia parecida.

-¿Significa eso que ha abandonado todo apoyo a la lucha armada?

-No. Hay que aprender de la historia. Si la ves, te das cuenta de que cuando hay una ocupación, tiene que surgir una resistencia. Solo eso y la lucha armada es lo que acaba con la ocupación. El fin de los asesinatos y detenciones, de la invasión de tierras y los cortes de luz que acaban matando a bebés en sus incubadoras, el fin de la opresión que practica con nosotros Israel, no llegará solo con demandas.

-Pues hay mucha izquierda que asegura que «el fin de la violencia sólo llega con el diálogo».

-Nosotros hemos intentado negociar y sólo hemos logrado más prisioneros y asesinatos. Pensar en coexistir con la ocupación, como nos sugieren algunos, es una ilusión. Lo que digo es que la lucha armada no es un invento palestino, es lo que siempre hizo la humanidad. Lo vimos en Vietnam. De allí sólo salió Estados Unidos cuando el pueblo se movilizó en su contra.

-De todo el manual de injusticias que según relata comenten los israelíes, ¿cuál destacaría?

-Quizás un detalle, pequeño. Y es que cuando entran en un pueblo y detienen a las mujeres, se llevan a los niños. Pero no los pueden meter en la cárcel porque eso violaría muchas leyes internacionales, así que los dejan en la calle, en un sitio que no conocen, abandonados. Une a eso que muchos presos lo están sin que se les acuse de ningún delito, que los trámites administrativos pueden tenerte en prisión durante diez años.

-Algo bueno tendrán los israelíes.

-En 1982, de él salió un movimiento, llamado 'Peace Now', que denunció las masacres de Sabra y Chatila. Empezó siendo un gran movimiento, pero ahora es pequeño. Es verdad que hay gente que se moviliza contra el muro, pero la realidad es que cada vez que hay elecciones allí, la derecha gana más y más diputados.

-Enfrente tienen a un pueblo, el palestino, donde las elecciones las ha ganado un grupo que está en la lista europea de grupos terroristas.

-Nuestras elecciones estuvieron supervisadas por 900 observadores internacionales, que comprobaron su condición democrática. Pese a ello, EE UU y la Unión Europea rechazaron el resultado, porque no les gustaba. No quieren la democracia de la gente, sólo la que a ellos les gusta. Y cuando el que gana es un criminal de guerra como Sharon, nadie le cuestiona.

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