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Asturias

Los ingenieros químicos crean la Conferencia de Decanos y Directores

La titulación afronta el Espacio Europeo sin competencias profesionales reconocidas

E. MONTES

Viernes, 23 de mayo 2008, 04:22

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Dicen los químicos y los ingenieros químicos que fuera de España la versión técnica de la titulación es tan prestigiosa como cualquier otra ingeniería, pero lo cierto es que en España está considerada hija de un dios menor. Y es que, aunque nacida aquí en 1992, todavía sus graduados no disponen de las competencias y las atribuciones profesionales que la ley otorga a todo ingeniero de cualquier otra rama, es decir, no les faculta para firmar los proyectos que pudieran elaborar o dirigir obras o diseñar tecnología. «Sabemos que por su carácter de disciplina abierta, las actividades profesionales de los ingenieros químicos se solapan con las de otros profesionales de la ingeniería, pero no buscamos ningún tipo de exclusividad en las atribuciones profesionales, sino el reconocimiento de los conocimientos y competencias adquiridas en cada uno de los niveles formativos», explica el decano de Química, José Manuel Concellón, tras destacar «la excelente inserción laboral de los egresados».

Y es desde esa situación -en un terreno en ocasiones común con la licenciatura de Química y con la Ingeniería Técnica Química, y con unas enseñanzas repartida entre facultades y escuelas- desde la que los directores y decanos de Ingeniería Química de España constituyeron la pasada semana la Conferencia nacional. Con las siglas CODDIQ, correspondientes, que no acrónimas, a Conferencia de Directores y Decanos de Ingeniería Química, nace con la clara intención de incorporarse al debate del Espacio Europeo de Educación Superior y constituirse como grupo de presión para defender los intereses de la titulación.

La Universidad de Oviedo ha puesto su voz en la Conferencia a través del director del Departamento de Ingeniería Química, Julio Bueno de las Heras, y del vicedecano de la Facultad de Química, José María Berrueta, toda vez que la titulación carece de edificio propio y comparte espacios con la Facultad de Química. Pero tanto el centro como el departamento coinciden en los objetivos: conseguir un grado y un máster de Ingeniería Química con unos perfiles diferenciados, el grado para «la formación de un ingeniero de producción/ejecución que pueda acceder directamente al mercado laboral», y el máster para «el diseño y la investigación».

Un poco tardía

Las propuestas de la Conferencia, que han sido entregadas en el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte, llegan en un momento en que las directrices para la elaboración de los planes de estudios de las ingenierías son las únicas que todavía no han sido decretadas por el ministerio. «Quizá la constitución de la Conferencia llega un poco tarde», reconoció Bueno de las Heras, quien recuerda que «existen tres libros blancos de la titulación: uno, confeccionado por las facultades y escuelas de Ingeniería Química; otro, por las escuelas de Ingeniería Industrial, y un tercero por las que sólo ofrecen el título medio».

Señala, no obstante, que «en un momento de cambio ministerial y cuando aún no hay disposiciones sobre las ingenierías, es posible todavía definir los perfiles y competencias de los ingenieros químicos ante el futuro».

La reordenación académica acarrearía en la Universidad de Oviedo un problema añadido: la ubicación. ¿En la Facultad de Química de Oviedo o en la Escuela de Ingenieros de Gijón? «Donde la Universidad decida», resume, diplomáticamente, el director de un departamento que lleva décadas compartiendo espacios, costumbres y cafés con quien ostenta hoy el Rectorado.

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