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Sonsoles Espinosa, entre el coro de la ópera 'Don Chisciotte'./ EFE
Una más en el cadalso
CULTURA

Una más en el cadalso

Sonsoles Espinosa regresa mañana al Teatro Campoamor en el coro de voces de la ópera 'Diálogos de carmelitas', que abre la nueva temporada ovetense

RAMÓN AVELLO

Viernes, 19 de septiembre 2008, 11:07

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Sonsoles Espinosa canta y como cantante regresa al Teatro Campoamor, convertida en parte del plantel de voces corales que respalda el estreno asturiano de la ópera de Poulenc 'Diálogos de carmelitas'. Asume la esposa del presidente del Gobierno una singular parte de ese todo tan importante y lo hace con total discreción, lo que es perfecto, ya que en un coro, cuando se pierde dicha discreción es que se desafina o se pierde. En los últimos tiempos, además de intervenciones corales en el Teatro Real, Sonsoles Espinosa formó parte del coro de labriegas de la ópera 'Don Quijote', de García, el compositor español de vida más novelesca de toda la historia de la música, representada en un teatro de la Mancha de cuyo nombre no puedo acordarme. También intervino, como integrante de la cuerda de sopranos, en una representación de 'Carmen', en París.

¿Que papel tiene Sonsoles Espinosa en la representación de 'Diálogos de carmelitas'? La de integrarse y participar en el coro de hermanas carmelitas, el grupo de monjas -en la historia real dieciséis, en el teatro Poulenc las reduce a once, y en algunas representaciones a ocho-, que preceden en la guillotina a las hermanas Constance de Saint Denis (la penúltima del cadalso) y a Blanche de la Force.

Su primera intervención, que es, por supuesto, la de todo el coro, se produce en el segundo cuadro del segundo acto. La nueva priora, representada por Pamela Armstrong habla a sus monjas, y canta o reza con ellas un 'Ave María' en latín, que musicalmente posee, sobre todo al inicio, ciertas reminiscencias de Tomás Luís de Vitoria.

Un poco más adelante, en la escena IV de ese mismo acto, el capellán del convento se dirige a las monjas, anunciándoles que ha sido relevado de sus funciones y que van a llegar tiempos de persecución para el Carmelo. Les invita a cantar, y en estilo antifonal -canta el párroco, responden las monjas- entona el motete 'Ave verum'.

El coro protagoniza la parte central del cuarto cuadro del tercer acto, última escena de la ópera. Las carmelitas afrontan con entereza y serenidad la muerte. Suben al patíbulo cantando la bella versión de Poulenc del himno, 'Regina Caelis', mientras que cae la guillotina, sobre las cabezas, una a una de las monjas. Entre ellas, Sonsoles Espinosa, una más en el cadalso.

Melodía vocal

La protagonista general de la obra es la voz, la melodía vocal que recorre toda una variedad de estilos, desde el canto coral cercano a los madrigales, a los recitativos; desde el grito a la melodía lírica. Para Poulenc son fundamentales tanto la adaptación de la línea del canto a la prosodia de las palabras, como reflejar la expresión emocional que envuelve a los personajes y a las situaciones.

Poulenc no quiere sorprender, sino emocionar. Y lo logra.

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