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OPINIÓN CARTAS

¿Por qué ayudar a las inmobiliarias?

Rodolfo Suárez Valle

Viernes, 19 de septiembre 2008, 06:28

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Ya sé que una crisis del sector del ladrillo puede comprometer muchas cosas en la economía española. Pero no me gusta que, con dinero público, se apuntale un sector que, simplemente, tiene que hacer lo que todos los empresarios hacen cuando la demanda cae: bajar los precios. ¿Se ha fijado usted que en todas las tiendas hay letreros de rebajas de un 50% e incluso más? ¿Por qué esas caídas de precios? Porque el propietario no vende y tiene que pagar los créditos que tiene firmados.

¿Alguien ha visto en una promoción inmobiliaria un anuncio que diga '50% de descuento'? Nadie. Pues, mientras los propietarios de esas casas no hagan la misma promoción de sus productos que hacen los tenderos, no acepto que se les preste ninguna ayuda pública. Naturalmente que se lo que puede ocurrir si empiezan las rebajas inmobiliarias. Primero, que se venderán más casas. Segundo, que algunas empresas del sector igual no llegan a devolver todos los créditos. Pero la mayoría los devolverán. Ya veremos luego cómo se negocia con los bancos y qué papel puede tener el Estado para blindar el sistema financiero. Pero antes de esas rebajas, no acepto que con mis impuestos se ayude a las inmobiliarias.

Y me permito otro aviso a la banca y a las cajas de ahorros. Todas esas instituciones van a cargar con activos (casas y solares) de empresas que van a suspender pagos. Ya conocimos una situación similar en 1993. Pues que hagan lo mismo que recomiendo a las inmobiliarias: que hagan un plan de rebajas. Si el mercado del vestido o el de consumo se sanea rápidamente con las rebajas, pido que ocurra también con el inmobiliario. Que empiece el que quiera, pero esas rebajas las tienen que hacer tanto las inmobiliarias como los bancos. Ya se que pueden producirse pérdidas. Pero, igual que el tendero, deben saber que hacer liquidez y reducir deudas es algo que puede permitir la supervivencia. Quedarse encastillado en precios y valores que ya no son reales, termina llevando al concurso de acreedores o a la quiebra. Y a los bancos, a cifras muy importantes de provisión de fallidos. Porque la alternativa de seguir hinchando balances y patrimonios que nadie cree ya, es un disparate y hasta debería ser un delito. Ya sé que va a ser duro el trance, pero estaré dispuesto a pensar en apoyos estatales cuando Martinsa, Metrovacesa, Sacyr Vallehermoso y todas las demás inicien un plan de liquidación de activos a precios de saldo. Quiero que esas inmobiliarias actúen en el mercado igual que la tienda de trajes de mi barrio: 'todo al 50%'. Pues eso.

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