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La antigua Casa de Ejercicios Espirituales Santa Eulalia, de El Bibio, está ubicada cerca de la plaza de Toros, en la carretera de Villaviciosa. / P. CITOULA
Luis Masaveu adquiere la Casa de Ejercicios de El Bibio para dedicarla a usos hosteleros
GIJÓN

Luis Masaveu adquiere la Casa de Ejercicios de El Bibio para dedicarla a usos hosteleros

El inmueble, vacío desde 2000, podría destinarse a hotel de lujo, restaurante o, incluso, galería de arte Se trata de una iniciativa personal y no del grupo

CHELO TUYA

Domingo, 12 de octubre 2008, 13:47

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La Casa de Ejercicios Espirituales Santa Eulalia, de El Bibio ya tiene nuevo propietario. Tras ocho años en desuso, después de que en 2000 el Arzobispado vendiera el inmueble a las constructoras Ceyd y Teinsa, el edificio en el que un día durmió el papa Juan XXIII es propiedad ahora de Luis Masaveu.

Según ha podido saber EL COMERCIO, el varón más joven de la saga familiar que dirige el Grupo Masaveu, se ha convertido en dueño a título personal, ya que no se trata de una inversión del entente que lleva su apellido. El grupo como tal tiene en marcha en Gijón la construcción del hotel de cinco estrellas que el arquitecto Alejandro Zaera está diseñando para las inmediaciones de la playa de Poniente. Este proyecto no tendrá calendario de ejecución hasta 2010, cuando comience a desarrollarse el plan especial de soterramiento de las vías.

Sobre los destinos que tendrá el edificio de El Bibio, de una superficie cercana a los mil metros cuadrados y distribuido en dos alturas más altillo, no hay nada en firme. Tanto el flamante propietario como el Ayuntamiento de Gijón guardan silencio sobre el posible proyecto de reforma del inmueble y el tipo de negocio que se desarrollará en él una vez que concluyan las obras.

Tal es el mutismo, que lo único que ha transcendido es que el inmueble tiene un uso terciario, lo que significa que no podría dedicarse a la construcción de viviendas, sino que sólo puede ser el marco de una actividad como la hotelería, la hostelería o los servicios.

Experto en hotelería

Con esas premisas, entre las posibilidades que podrían barajarse para la casa en la que se gestó el movimiento cristiano de base de Gijón están desde un hotel de lujo, de pequeño tamaño y con diseño rompedor, hasta un restaurante de máxima categoría, también de diseño moderno e innovador. Incluso una galería de arte. O un proyecto que los englobe a todos.

El abanico de posibilidades que se abre para la antigua casa de ejercicios se explica tanto en la gran vinculación de la familia Masaveu con el arte (poseen una de las colecciones más importantes del país), como en las actividades del propio Luis Masaveu, responsable dentro del Grupo de la división editorial y de la de nuevos proyectos.

De hecho, él ha sido la cara visible de las iniciativas hoteleras más sonadas de la familia, el ya citado proyecto de Zaera para Poniente, otro en Budapest y el Hospes Madrid, inaugurado el año pasado en un edificio propiedad del Grupo Masaveu y gestionado por Hospes, empresa hotelera que paga un alquiler por el inmueble.

Precisamente, este proyecto madrileño es el que más pistas da sobre lo que podría llegar a ser la Casa de Ejercicios Santa Eulalia, puesto que lleva el sello personal de Luis Masaveu. Él mismo defendió, en el momento de la inauguración, que «es un hotel para un cliente que no va a uno típico de cinco estrellas con múltiples habitaciones». Y es que, el Hospes Madrid, ubicado en un edificio de 1883 en la céntrica plaza de la Independencia, frente a la Puerta de Alcalá, cuenta con poco más de cuarenta habitaciones con un diseño interior individualizado y diferente, porque lo que prima «es el trato preferente y la privacidad».

Fin al abandono

Con la compra del edificio por Luis Masaveu concluye la etapa más negra de la Casa de Ejercicios Espirituales de El Bibio, ya que desde 2000 se encontraba abandonada, llegando, incluso, a ser utilizada por indigentes, con el consiguiente enfado de los vecinos que denunciaban inseguridad y suciedad.

Las empresas Ceyd y Teinsa, tras formar una comunidad de bienes, se alzaron con el edificio vendido bajo subasta notarial por el Arzobispado de Oviedo en 2000. Fueron 905 millones de pesetas invertidos con la intención de construir viviendas, aunque la catalogación del edificio para usos terciarios hizo perder a los propietarios esa posibilidad. Las obras del metrotrén les arrebataron, después, los talleres traseros de la finca y parte del jardín.

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