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El secreto de educar
ANÁLISIS

El secreto de educar

JAVIER MARTÍN-DOMÍNGUEZ

Martes, 14 de octubre 2008, 05:30

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Lo más evidente, por serlo, nos suele pasar inadvertido. Como lo más importante, por obvio, termina por no ser ni nombrado. Se nos olvida que vivimos gracias al oxígeno. Y se queda sin sitio, entre los millones de horas de tele, el tema de la Educación. Apenas hay programas sobre el mar en este país rodeado de agua, y brillan por su ausencia los dedicados a la Educación, el asunto que más interesa y preocupa a los ciudadanos en cualquier encuesta.

Entre las muchas historias que quedaban por hacer está la de tres maestras que sólo unos meses después de acabada la guerra deciden inventarse un colegio. No había sillas, ni pupitres; tampoco había permiso para clases de chicos y chicas juntas, ni para seguir el modelo de la Institución Libre de Enseñanza y el Instituto Escuela. Pero Jimena Menéndez-Pidal, Cuqui García del Diestro y Ángeles Gasset tuvieron el coraje y la visión de emprender una aventura educativa secreta, semiclandestina, que ha llegado hasta hoy, cuando las fundadoras hubieran llegado a cumplir el siglo.

Contar la historia de nuestro colegio, el de cada uno de nosotros, nos sirve también para reflexionar sobre qué tipo de educación hemos recibido y por qué estamos donde estamos. Aquí la cuentan los alentadores del proyecto (Ontañón, Ugena, Bauluz) y los que siguieron la estela (Mercedes Cabrera, Javier Marías, Elena Florez...), con sus historias engarzadas, puestas en imagen y documentadas por Sonia Tercero Ramiro, que ha hecho con este documental un trabajo para la historia educativa en España sobre el origen y evolución del colegio 'Estudio', y para fomentar el debate actual sobre nuestro sistema pedagógico.

Así se presentó, con debate, en el Instituto Internacional de Madrid. La Educación es el valor supremo de nuestra civilización, y su desarrollo o su déficit nos marcan como ciudadanos y como nación. Poco de esto veremos en medios de masas, que han abandonado la coletilla del «informar, educar y entretener», para en su caso hacer sólo lo último y con resultados discutibles.

La Educación, y sus historias, bien valen este esfuerzo por documentarla audiovisualmente y generar un debate necesario sobre «de dónde vino el pupitre y adónde llegó la pluma». Cómo nos hemos educado y en qué nos hemos convertido.

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