La osezna de Somiedo vuelve a casa

Es una opción arriesgada, pero los responsables de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural han decidido seguir los consejos de los expertos y en la mañana de ayer procedieron a soltar a la osezna encontrada herida en el Parque Natural de Somiedo el pasado 26 de junio. Este intento de reintroducción del esbardo en el mismo espacio natural donde nació ha sido posible gracias al seguimiento estricto del protocolo consensuado por la consejería con el Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas), la Fundación Oso Pardo y expertos de la Universidad de Oviedo, de la Estación Biológica de Doñana y del Instituto de Recursos Cinegéticos.

No se ha hecho público el lugar donde se ha procedido a la suelta de la osezna, pero se ha decidido hacerlo en las inmediaciones del punto donde el pasado sábado se localizó a una osa con dos crías -se cree que es la familia a la que pertenecía el ejemplar herido-.

Las autoridades medioambientales del Principado reconocen que optar por la puesta en libertad del joven animal cuenta con un elevado riesgo de fracaso, pero también se cree la medida más adecuada «desde el punto de vista de las políticas de conservación de la especie y de procurar su vida en libertad».

El último periplo de la esbarda comenzó muy temprano. A las nueve de la mañana abandonó las instalaciones del Centro del Urogallo de Redes y fue transportada hasta las entrañas del Parque Natural de Somiedo, donde recobró la libertad al mediodía. Las primeras impresiones de los expertos fueron muy satisfactorias, ya que el animal se mostró «muy ágil» y reaccionó con normalidad ante un hábitat en el que encontrará abundante alimento.

La consejera de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Belén Fernández, que presenció la suelta del animal, explicó que «ha sido una decisión difícil de tomar. El dispositivo de liberación es complejo, los riesgos de adaptación a la naturaleza existen y la supervivencia no está ni mucho menos garantizada». A pesar de ello, la consejera aseguró que se decidió optar por esta solución «por la visión unánime de científicos, organizaciones que trabajan en la conservación de la especie y la consejería. Se trata de una gran apuesta y pensamos que apostar por la conservación de la especie y la vida en libertad de la osa es una prioridad».

De esta manera, se culmina un proceso de recuperación del animal que duró cinco meses, después de que unos turistas lo encontraran maltrecho tras sufrir, presumiblemente, un atropello. A partir de ahora, serán los guardas del espacio natural quienes hagan un seguimiento de la osezna para saber en todo momento su estado de salud.

El animal fue marcado con un crotal en la oreja izquierda y fueron adosados a su espalda dos equipos radioemisores que previsiblemente permanecerán con el ejemplar hasta que mude de pelo el próximo año. De este modo, la consejería pretende conocer en todo momento las circunstancias que rodean a este intento de reintroducir a la osa en su medio natural y, si fuera necesario, adoptar medidas de apoyo como pueda ser facilitarle una alimentación suplementaria. Sólo el tiempo dirá si la iniciativa ha tenido éxito.