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R. MUÑIZ
Martes, 25 de noviembre 2008, 11:46
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Todos los pacientes que se acercaron el sábado al gijonés centro de salud de El Coto se encontraron con que dentro no había ni un solo médico. Una huelga con la que los eventuales exigen la contratación de 33 compañeros forzó una situación que el Principado admite puede repetirse. «De forma transitoria, puede pasar que no puedas ir a centros como El Coto, pero habrá servicio en otro que esté muy cerquita». Así lo aseguró Elena Arias, directora gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), quien rechazó que este conflicto «suponga que Salud está sumida en el caos».
«Estamos ante una situación transitoria», defendió Arias, quien confía en que los 90 médicos eventuales depongan «con el tiempo» el plante que iniciaron la semana pasada. El conflicto estalló cuando Salud decidió ofrecer contratos «de larga duración» (que duran un año de media) a 115 de los 148 galenos temporales que hasta el momento formaban la bolsa de trabajadores de la que echaba mano para cubrir necesidades «puntuales». «No tenemos obligación de sumarlos a la plantilla, pero después de hablar con los gerentes vimos la necesidad de contar con esos 115 médicos adicionales», relató Elena Arias.
En áreas como Oviedo o Avilés, temporales con oferta sí aceptan el contrato, pero en Gijón la situación está enquistada: los eventuales, con oferta o sin ella, se han unido y no sólo rechazan la propuesta, además se han dado de baja de la bolsa de empleo para, con su ausencia, evidenciar el peso que tienen en el sistema sanitario.
«No cogen el teléfono»
«Este fin de semana llamamos a algunos para que cubrieran sustituciones, pero no nos cogían el teléfono», lamentó Elena Arias durante una rueda de prensa a la que se presentó respaldada por todos su equipo directivo en los diferentes niveles asistenciales.
«Hay que ser responsable con el dinero de los contribuyentes, no podemos contratar a todos los eventuales», valoró la directora gerente del Sespa. «Si lo hiciéramos, dentro de cinco años del problema del que hablaríamos sería de la quiebra del sistema público», advirtió.
Para Elena Arias «el origen del conflicto» se remonta a que «durante cierto tiempo» los médicos de plantilla «del área central» no realizaban las guardias «que contempla su estatuto». Ello forzó a contar con unos eventuales que ahora perderían relevancia al aceptar los funcionarios realizar las guardias. El cambio «mejorará la asistencia» y «no se puede cambiar», aseguró Arias, quien planteó la posibilidad de acometerlos «con otros directivos, si no nos apetece hacerlo con éstos».
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