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«Mittal ya quería reducir plantillas y se aprovecha de la crisis para hacerlo»
JOSÉ RAMÓN LASO SECRETARIO ESTATAL DE SIDERURGIA DE CC 00

«Mittal ya quería reducir plantillas y se aprovecha de la crisis para hacerlo»

«Es una barbaridad que el Gobierno regional haga propuestas sobre la base de externalizar servicios.¿Acaso creen que así se puede ahorrar costes?»

DIANA DE MIGUEL

Lunes, 1 de diciembre 2008, 15:39

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El secretario estatal de Siderurgia en Comisiones Obreras, José Ramón Laso, habla sin tapujos de los objetivos que, a su juicio, persigue Lakshmi Mittal con su último anuncio de un plan de bajas incentivadas para 9.000 empleados en todo el mundo. Asegura que el magnate indio ha creado una especie de psicosis del miedo para que la sociedad y los gobiernos entiendan la necesidad del grupo de hacer ajustes y reducir plantillas. «Lo quiere hacer aprovechando la salida de la crisis, no por la propia crisis», asegura.

-En menos de dos meses, el panorama de las plantas asturianas ha cambiado significativamente. ¿Llegó a pensar que la región se salvaría de los recortes?

-No. Hay gente que piensa que Asturias es distinta al resto, pero, en siderurgia y en una empresa multinacional, todo funciona con parámetros similares. Si hay dificultades para colocar la bobina del sector del automóvil, no podemos pensar que vamos a salir inmunes.

-¿Pero estamos mejor?

-Sí, estamos en mejor posición que siderurgias europeas similares a la nuestra. Se debe a que Asturias hizo una reestructuración y un ajuste de empleo en estructura hace escasamente dos años. Hoy tiene una plantilla ajustada de 8.000 trabajadores, frente a los 15.000 de hace no tantos años. Tenemos que salir de esta crisis con el convencimiento de que esa plantilla es la adecuada

-Las malas noticias sobre la compañía son casi diarias. Ustedes los sindicatos se quejan de falta de previsión. ¿Tanto cambia la situación económica como para tener que hacer ajustes continuos?

-No cabe duda de que la situación económica ha cambiado. ArcelorMittal ha pasado de plantear que tenía solvencia a encajar deuda en su balance. Su política de compras nos llegó a parecer desmedida. Funciona cuando la economía va bien, pero, cuando se para, el rebote es mayor.

-Como miembro del comité restringido europeo de ArcelorMittal, ¿percibe un trato favorable hacia las factorías de Gijón y Avilés?

-No nos están dando absolutamente nada más de lo que tenemos. En cabecera y a nivel europeo, Asturias tiene los mejores números del grupo. Por eso, cuando esta fábrica funciona bien es una fuente fundamental de ingresos y ganancias para Mittal.

-Entre los productos más afectados por la caída de pedidos están los largos. Asturias, de momento, se salva de recortes que llegan hasta el 40% en algunas plantas. ¿Podrá mantenerse esta situación?

-La crisis adicional de España, la de la construcción, no nos afecta tanto. De momento, tenemos una coyuntura favorable por el tirón de la chapa gruesa para el sector eólico. Es fundamental que no se deteriore la situación del automóvil. Si empiezan a cerrar fábricas y a caer las ventas, tendremos que hacer una nueva estrategia.

-Esta misma semana, la siderúrgica ha anunciado un plan de bajas incentivadas para 9.000 empleados en todo el mundo, 6.000 de ellos en Europa. ¿Cree que las plantas asturianas se verán afectadas?

-El tema de las bajas lo veo más en clave de mensaje que de eficacia real. Hace dos años, en Asturias hubo un expediente de regulación de empleo que afectó, precisamente, al personal de estructura. Por eso, sobre la base de la estructura y la plantilla, ArcelorMittal tiene muy poco que hacer en Asturias, si lo que quiere es ahorrar costes.

Crisis global

-¿No piensa que pueda haber bajas incentivadas en Asturias?

-Creo que nadie está pensando que eso se va a poder llevar a la práctica en Asturias. La experiencia que tuvimos siempre con las bajas incentivadas es que la gente no se va, y menos ahora. Sólo si se tratara de una crisis estructural podría haber bajas incentivadas. Sin embargo, la crisis es global.

-¿Qué pretende entonces Mittal?

-Quiere hacer ajustes y, por eso, ha creado una especie de psicosis del miedo para que la sociedad y los gobiernos entiendan que hay que reducir plantillas. Lo quiere hacer aprovechando la salida de la crisis, no por la propia crisis.

-¿Qué opina de la propuesta que ha hecho el Gobierno regional de que empresas asturianas asuman los servicios que externalice ArcelorMittal?

-Es es la mayor barbaridad que he oído. La clave no está en externalizar servicios. ¿Acaso Areces y Torre creen que los servicios externalizados no tienen coste? En siderurgia, los costes de la mano de obra no son los importantes. Los que cuentan son los de la materia prima y los de la energía, y eso no se resuelve externalizando. Mittal está hablando de dinero, de ahorrar costes.

-El Principado se ha ofrecido a mediar para que los ajustes no repercutan en el empleo, con el argumento de que Mittal siempre le ha escuchado.

-Las multinacionales escuchan a los políticos para que se hagan la foto. Pero fuera de la foto, no hay nada. Que nadie se engañe y piense que porque Mittal dijo que le gustó Asturias, estamos en ventaja. El dinero no está en clave sentimental. El peso de Asturias en la multinacional es uno más.

Solución global

-En un par de semanas, el representante de las auxiliares empezará a negociar con el grupo acerca del personal fijo afectado por los recortes. Las primeras estimaciones hablan de 700 operarios que podrían irse a la calle. ¿Ven apresurado ese cálculo?

-CC OO va a ser escrupulosa con la defensa de todo el empleo, y va a exigir idéntico tratamiento para los trabajadores de las contratas y los de la matriz. La solución que se dé tiene que ser global.

-¿Pueden las factorías asturianas soportar más recortes de empleo?

-Sin innovaciones técnicas, no.

-¿Qué esperan de este cierre de año?

-Esperamos poder pasar las Navidades con tranquilidad, para tener tiempo de analizar la situación y estudiar las posibles salidas que nos vaya ofreciendo la empresa. No estamos cerrados a hablar ni a discutir propuestas, pero lo que no vamos a aceptar es que vengan con una directriz de obligado cumplimiento.

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