Los mineros de Tineo abandonan la huelga tras 23 días de encierro

«Todo apuntaba a que nos íbamos a quedar aquí a pasar la Navidad», destacaron los siete mineros encerrados en el salón de plenos del Ayuntamiento de Tineo desde el pasado día 2, mientras recogían sus pertenencias antes de salir a la plaza, donde los esperaban vecinos y familiares, con quien pasaron ya la Nochebuena.

El comité de empresa de la explotación de antracita tinetense de Unión Minera del Norte S. A. (Uminsa), decidió finalmente aceptar la propuesta del grupo de Victorino Alonso de incorporarse al trabajo, de manera provisional, en las minas que el industrial leonés tiene en Degaña, a unos 75 kilómetros del término municipal tinetense. Lo que implica que «aquí, tarde o temprano, se perderán los puestos de trabajo», sentenció uno de los trabajadores de González y Díez a su salida de la casa consistorial.

De hecho, la compañía recolocará a 59 mineros, «los que estaban despedidos», y los 45 trabajadores de contratas y subcontratas «que estaban pendientes de un hilo», ya que en enero «les terminaba el contrato», detalló Ovidio Cabo, miembro del comité de empresa, quien explicó que el cometido de la huelga «se ha cumplido. Hemos salvado los puestos de trabajo. Por eso estábamos aquí». Aún así, «seguimos apostando por el proyecto de la empresa de la mina a cielo abierto para que toda gente vuelva a trabajar en Tineo», puntualizó Cabo.

No obstante, el portavoz de los mineros incidió en que «el conflicto no está resuelto, pero ahora entró en un proceso judicial en el que nosotros no podemos entrar», por lo que aún «tenemos incertidumbre por el futuro», apostilló. Uminsa recurrirá tanto por la vía administrativa como por la judicial el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Tineo, para instaurar la mina a cielo abierto en las inmediaciones del monte Armayán.

Dura experiencia

«Si hace falta, volveremos a repetir el encierro», apuntó Luis Fernando Fernández, otro de los mineros que pasó 23 días ocupando el salón de plenos tinetense, y recalcó que, durante el encierro «no lo pasamos nada bien».

El conflicto se inició cuando Uminsa anunció los despidos y la cancelación de sus inversiones en el concejo porque el nuevo PGOU no contempla la calificación de suelo de interés minero para las 207 hectáreas de Pilotuerto.