«Las Matemáticas no fallaron con la crisis»

«Uno de los días más felices de mi vida fue cuando, en Segundo de BUP, me dijeron que ya no tenía que volver a ver las Matemáticas». El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, José Suárez-Arias Cachero, se lanzó al ruedo de la confesión personal ante los más de 250 participantes en el Congreso de la Real Sociedad Matemática Española, inaugurado ayer en el Auditorio Príncipe Felipe.

«Matemáticos», lo arregló, «que realizan un trabajo incomprendido y oscuro». Cifras cantan: la de Matemáticas, con apenas una veintena de nuevos estudiantes matriculados este curso, es una de las carreras menos demandadas de la Universidad de Oviedo.

El director general de Universidades, Felipe Pétriz, matemático, tampoco dibujó un panorama muy optimista para la titulación: «La demanda es escasísima. Tenemos posibilidades de formar a mucha más gente de la que entra en las facultades». Y llamó a «acabar con la escasez vocaciones»: «Estamos muy necesitados de divulgación, de que se conozca a qué se puede dedicar alguien que pasa por la Facultad de Matemáticas».

Encriptación y GPS

¿Y a qué se puede dedicar este colectivo que representa el 2% de los investigadores españoles? «Pues, aunque pueda parecer tópico decirlo», contó Olga Gil, al frente de los 1.800 asociados que conforman la Real Sociedad Matemática Española, esta disciplina en la que «aún faltan grupos de investigación reconocidos internacionalmente, está en todas las cosas, de los sistemas de encriptación de las tarjetas de crédito al salto a los ordenadores cuánticos y a los GPS».

«Siempre que haya que tomar decisiones estratégicas, hay Matemática detrás», resumió Gil, que sostiene que la abstracción nunca falla. Ni siquiera a la hora de predecir la crisis. Sí admite que «el control de los mercados no fue adecuado», que «no se estudiaron bien los datos». «Pero no fallaron las Matemáticas. Lo que falló fue el uso que se hizo de ellas», zanjó.

De recesión habló la directora general de Programas y Transferencia de Conocimientos del Ministerio de Educación, Otila Mo, que apuntó que, «en este momento de profunda crisis hay que potenciar la investigación para crear las redes de esa sociedad del conocimiento esencial para el futuro de este país, el décimo en investigación a escala mundial».

Ese impulso investigador será «un bálsamo» para la recesión «en un momento crítico para Asturias», según el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor. Y en la misma idea abundó el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, matemático «especializado en asuntos generales de la vida», se autodefinió. «El poder de los números» al que apeló Areces reside en cerebros como el del joven doctor por la Universidad de Murcia Pablo Mira, que ayer recibió el premio 'José Luis Rubio de Francia' por sus contribuciones al estudio de la Geometría de las subvariedades.