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Ceremonioso
CRÍTICA

Ceremonioso

RAMÓN AVELLO

Sábado, 14 de febrero 2009, 05:09

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Además de un tipo simpático, Aldo Ceccato es un excelente director. Es algo ceremonioso en sus gestos, pero de una gran musicalidad. Se palpa una corriente de empatía entre el director italiano, vinculado durante años a la Orquesta Nacional, y los músicos de la OSPA. Ceccato posee una personalidad musical con unos rasgos muy definidos, entre los que destacamos el gusto por el detalle, nunca superfluo; el equilibrio entre claridad formal y expresión y, muy especialmente un sentido muy acusado de la 'agógica' es decir las oscilaciones internas del tiempo dentro de cada movimiento, que hacen que sus versiones fluyan como la vida misma. A veces, Ceccato retiene el tiempo más de lo que se considera convencional, deleitándose en una cadencia o enfatizando un determinado fraseo, pero siempre lo hace con lógica musical y un impecable buen gusto.

Bajo Ceccato las versiones de Dvorak de la OSPA fueron una fiesta de color. Pocas veces he escuchado a la familia de los metales -excepcionales las trompas - y las maderas tan compenetradas, compactas y brillantes.

En la 'Obertura de Carnaval', Ceccato contrastó con precisión las dos facetas que recorren la obra. Por una parte la alegría y el sentido vital de la danza; por otra un sentido intimista y reposado. El 'Scherzo Capriccioso' fue interpretado con una gran libertad y fluidez de movimiento e imaginación colorista rica en detalles. Excelente los juegos de corno ingles y flautas en la sección central.

Menos descriptiva y más rigurosamente estructural resultó la 'Sinfonía N. 7'. Un Dvorak interpretado al más puro estilo brahmsiano.

Una versión con tiempos algo más lentos que los habituales, especialmente en el 'Allegro 'inicial, muy bien subrayados los temas y el encantador 'Scherzo 'y de un lirismo intimista muy atractivo en el 'Adagio' central.

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