«Nadie en el Ayuntamiento sabía que Ovidio Blanco tenía una finca en Cabueñes»

Esta no ha sido una de sus mejores semanas, pero insiste en que está tranquilo. Más aún, «con más ilusión que nunca». En lo personal se dice «con toda la energía». Y en lo político, «con el respaldo del equipo de gobierno». En los últimos días, Pedro Sanjurjo ha protagonizado una polémica rueda de prensa, varias voces han pedido su dimisión y ha acabado anunciando un expediente contra el ex arquitecto jefe del Ayuntamiento.

-Hace una semana que estalló la polémica. El viernes pasado, los vecinos les informan de las operaciones mercantiles de Ovidio Blanco. ¿Cuál fue su primera reacción?

-De sorpresa. Es la primera vez que se ponen en nuestro conocimiento esas operaciones de compraventa. La reacción inmediata fue ir al despacho y llamar a Ovidio.

-¿Fue el primero en hablar con él?

-De inmediato. Fue tal la sorpresa para el Ayuntamiento que lo primero que había que hacer es confirmarlo. Porque no era sólo causa de sorpresa, sino de cabreo. Desbordaba con mucho la controversia que se había mantenido sobre el plan de Cabueñes.

-¿Le da Blanco alguna explicación?

-Sostiene que no ha incurrido en ninguna actividad ilícita, que en la operación de compraventa que realiza en 2004 y 2006, cuando obtiene esos dineros cuantiosos, ya no está en el Ayuntamiento y que es una operación privada que realiza cuando está en excedencia.

-¿Y le convence?

-Puede ser legal, pero es reprobable desde el punto de vista ético y desde la forma en que un funcionario público debe actuar, cuando es un tema que está íntimamente relacionado con la responsabilidad que él había tenido. Desde el punto de vista político es escandaloso.

-¿Por qué durante el fin de semana el equipo de gobierno no hace nada?

-Recibimos la información el viernes...

-Insisto. ¿Nadie hasta entonces conocía esos movimientos?

-Nadie en esta casa conocía esa situación patrimonial, que Ovidio Blanco tenía esa finca. Y en un fin de semana el margen de comprobación es escaso. Lo que procuro es diferenciar la responsabilidad privada que le concierne sólo a él y la responsabilidad pública, que intento preservar.

-En su rueda de prensa del lunes, ¿se equivocó? Dijo que Blanco no había tenido ninguna relación con la tramitación del PGOU.

-En esa comparecencia expreso una opinión del equipo de gobierno. Comparezco después de haber contrastado y analizado la situación de forma colectiva. Primero, digo que el titular de El Mundo es falso, porque Ovidio no es el jefe del Urbanismo en Gijón, no lo es desde hace cinco años. Y todas las actuaciones después de diciembre de 2003 son de su exclusiva competencia y responsabilidad. Si no he abundado en este argumento, lo lamento.

-Quizás pareció que le defendía.

-En ningún caso pretendía hacer ninguna defensa. Lo que sostengo es que en el tiempo en que Ovidio trabaja en el Ayuntamiento, esa finca mantuvo la misma calificación. El cambio llega con la aprobación inicial de la adaptación del PGOU, en febrero de 2004, cuando Ovidio ya no está. Y cuando compra la finca en 2004 no tiene información privilegiada, porque todos los ciudadanos sabían que estaba en trámites de recalificación. Mientras trabajó en esta casa nadie ha aportado pruebas de que cometiera alguna irregularidad. Desde el punto de vista administrativo, su proceder en el Ayuntamiento es correcto.

-Chocó aquella intervención con la decisión posterior de ir a la Fiscalía.

-Intentaba, quizás no lo logré, desvincular la responsabilidad de la institución con este asunto.

-Usted no coincidió con Blanco.

-Llegué a Urbanismo en 2007 y él se había ido cuatro años antes. No hay ninguna relación directa de mi responsabilidad con su gestión. Pero por coherencia personal y política he defendido y seguiré defendiendo la gestión realizada por mi partido y por mi compañero Jesús Morales. La asumo como propia.

-No coincidió con el ex arquitecto jefe, pero le conocía. ¿Qué opinión le merecía?

-La de un funcionario muy cualificado y una persona que, en el tiempo que estuvo de responsable, no hubo ninguna tacha hacia su trabajo. La opinión que había en esta casa era la de un funcionario íntegro.

-¿Le preocupa que pueda haber más sorpresas?

-A estas alturas tengo que ser muy cauto en cualquier expresión. Tengo el máximo interés en facilitar toda la información para que no haya ningún atisbo de duda. Si cualquier ciudadano quisiera trasladar al Ayuntamiento alguna duda, les invitaría a hacerlo. Estoy persuadido de que no hay en el Ayuntamiento de Gijón actuaciones irregulares. Si las hubiera, somos los máximos interesados en que se depuren todas las responsabilidades.

-La gente está enfadada...

-Y yo. Estamos enfadados y molestos. Pero una cuestión es el hacer administrativo y otra la conducta personal y reprobable de alguien.

-¿Qué le parece el hecho de que Blanco comprara a un precio muy inferior al del mercado?

-Escandaloso. No es razonable que un suelo pueda multiplicarse no sé por cuánto... No es ético para un servidor público.

-¿Le gustaría que Blanco diera explicaciones públicas?

-Yo le pregunté qué pensaba hacer. Dijo que tenía que pensarlo. Espero que lo haya pensado en esta semana. Debería dar explicaciones. Le he pedido también que renuncie a su trabajo como arquitecto del plan parcial. No es conveniente que quede ninguna sombra de duda en la tramitación urbanística.

-Crearía un problema más.

-No es ético, pero no hay ninguna duda de la plena legalidad de su tramitación.

-Algunos piden dimisiones y su nombre es el que más suena.

-Tengo la obligación de defender la política urbanística del Ayuntamiento, de la que me siento corresponsable. No me cabe ninguna duda de la actuación de quienes me han precedido en el cargo. Dar la cara en estos momentos es desagradable, pero jamás rehuiré a mi responsabilidad.

-Los vecinos insisten en que el plan es nulo de pleno derecho. ¿Han pensado en retirarlo?

-Esa afirmación hay que acreditarla. No porque esta persona haya tenido ese comportamiento lo hecho hasta ahora en la actuación urbanística tiene vicio de nulidad. No se ha aportado ninguna evidencia que lo sostenga. La tramitación administrativa del plan parcial está ajustada a ley.

-Es la primera vez que habla de una rebaja de las alturas.

-No. Yo ya les había dicho a los vecinos que haríamos los ajustes necesarios para mejorar la propuesta de los promotores y el ajuste más claro es el de las alturas.

-Pero mencionarlo ahora puede sonar a respuesta a las críticas.

-Para nada. Es un criterio de la concejalía desde hace meses. No es una decisión sobrevenida por el debate de esta semana.

-¿El principal obstáculo ante los vecinos fue la edificación en altura?

-La clave es que el planeamiento no atiende a los intereses de un colectivo, sino a intereses generales. Nadie con sentido común puede afirmar que aquello es zona rural. Pero en este momento hay mucho ruido para tener un debate sobre la planificación urbanística.

-¿No hubiera preferido pelearse con la revisión catastral?

-Tengo más ilusión que nunca. Jamás se me ha ocurrido renunciar ni desfallecer.

-¿Aunque el Urbanismo esté casi siempre envuelto de polémica?

-No sólo el Urbanismo. Tengo una larga trayectoria política y nunca podré entender que alguien que asume una responsabilidad tan importante como la gestión de una ciudad la puede utilizar torcidamente. Aborrezco el interés lucrativo.

- ¿Teme que este asunto le perjudique en esa trayectoria, especialmente en las quinielas a la sucesión de la Alcaldía?

-Nunca me preocupó la cuestión personal. Quienes me conocen saben que ese tipo de historias nunca me han quitado el sueño.