«¿Xenofobia? ¡Pero si EE. UU. es la potencia más grande del mundo gracias a nosotros!»

---¿Cree que hechos como estos pueden afectar a la imagen de la comunidad latina?

-En Asturias, de momento, no hemos tenido cosas serias ni contra los colectivos latinoamericanos, ni contra los colectivos africanos, ni nada. Lo que sí decimos es que hay que atacar la violencia y todo lo que vaya contra una convivencia pacífica, y que eso sea penado contra quien sea, independientemente de su nacionalidad. Pedimos seriedad a la Oficina de Atención al Inmigrante de la Delegación del Gobierno, porque cuando nosotros denunciamos no hay nadie que nos ayude...

-¿Existe racismo en Asturias?

-No creo que exista racismo, en realidad. Lo que sí hay es miedo a lo desconocido. Ocurren cosas como entrar en una tienda y ver cómo las señoras agarran su bolso con fuerza porque, al verte cara de indígena, o cara de negro, piensan que les vas a robar. Aquí a Ronaldo o a un jeque árabe nadie les pone ningún problema, porque vienen con dinero. Pero si se trata por ejemplo de Berta Montoya, que llega sin un duro en el bolsillo, la cosa cambia.

-¿Cómo ven el auge en España, y antes en Europa, de partidos cuyo programa gira en torno a la lucha contra la inmigración?

-Cuando empezó la asociación la única que sabía un poco de política era yo, que me puse a estudiar partidos que veía como Democracia Nacional, que pegaban carteles contra la inmigración. Al final se vio que es un partido neonazi, ultraderechista, que lo único que quiere es una Europa blanquita, blanquita. Y por supuesto, excluyendo de estos blanquitos a los ciudadanos del Este... Que se dejen de cuentos. ¡Pero si Estados Unidos es la potencia más grande del mundo gracias a nosotros! No importa la raza, sino quién se deja la piel trabajando para que todo este sistema pueda sobrevivir. Ellos seguramente no dan un palo al agua. Pero lo peor es que se permitan manifestaciones racistas como la que celebraron en Cangas de Onís en 2005 coincidiendo con la subida a los Lagos de la vuelta ciclista. La Delegación del Gobierno no pudo pararla pese a sus lemas xenófobos, y sin embargo a nosotros nos trataron casi de terroristas y nos decomisaron la única pancarta que llevábamos, que simplemente decía 'Un nuevo mundo para todos'.