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Varios estudiantes recorren el interior de la facultad, en Oviedo. / E. C.
El papel de los estudios clásicos
Asturias

El papel de los estudios clásicos

La Universidad de Oviedo tiene por decidir el futuro de las filologías Clásica y Románica en el marco del Espacio Europeo, mientras ya <strong>ha recibido el placet a las siete primeras titulaciones, todas de Ciencias</strong>

E. M.

Lunes, 11 de mayo 2009, 04:35

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La Universidad de Oviedo ya cuenta con el visto bueno de la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación a las siete primeras titulaciones que va a impartir el próximo curso conforme al modelo europeo. Todas son de ciencias: Física, Química, Matemáticas, Biología, Biotecnología, Enfermería y Fisioterapia. Las más fáciles de adaptar, porque eran licenciaturas de cuatro años para transformar en grados de cuatro años. Y ello a pesar de que algunas de ellas corrían el riesgo de contar con una escasa respuesta en la matriculación. A modo de ejemplo, Física cuenta con 145 alumnos repartidos entre los cuatro cursos, y Matemáticas, 135.

Pero aún quedan otras cinco -éstas todas de humanidades-, igualmente fáciles en lo que a técnica europea se refiere, y sin embargo con más dificultades en cuanto al número de estudiantes: Geografía y Ordenación del Territorio, Filosofía, Historia, Historia del Arte e Historia y Ciencias de la Música, juegan en algunos casos con números aún más pequeños. Geografía tiene ahora 60 alumnos repartidos en cuatro cursos, e Historia y Ciencias de la Música, 99. A pesar de ello, el Rectorado espera obtener el beneplácito de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y de la Acreditación en las próximas semanas.

El problema de las filologías

Otro devenir más conflictivo en humanidades lo tienen las filologías, auténtica piedra en el zapato del Vicerrectorado de Ordenación Académica y de la propia Consejería de Educación y Ciencia, precisamente por la escasa respuesta estudiantil que tienen una buena parte de sus estudios. En concreto, el problema se centra en las filologías Clásica y Románica, que en el mejor de los casos se fusionarían, y en el peor, estarían condenadas a desaparecer.

Hasta el momento, el Principado ha sido claro: su apuesta va dirigida a mantener las lenguas hispánicas, las modernas y los estudios ingleses. El resto no figuraría como oferta de estudios de grado de la Universidad de Oviedo en respuesta a los 41 alumnos de toda la carrera de Clásicas y a los 29 de Románicas. Pero el equipo rectoral, azuzado por la Facultad de Filología, pretende introducir una cuarta alternativa y juntar ambos estudios en una sola titulación de grado.

«No van a desaparecer, pero tampoco tiene sentido tener siete titulaciones con nueve alumnos cada una», justificó el rector, quien se muestra esperanzado en que su equipo podrá convender al Principado de la necesidad de mantener esta titulación, resultante de la fusión de Clásicas y Románicas. «Tenemos muy buenos profesores en Clásicas y eso es algo que hemos que potenciar, hay que aprovechar nuestros recursos», apostilló Vicente Gotor.

Esa alternativa está por elaborar y, mientras los criterios continuan debatiéndose, expertos de toda España se han reunido recientemente en la Facultad de Filología para participar en las XVIII Jornadas de Filología Clásica. Y lo que se ha comprobado es que cada Universidad sigue su propio camino.

Campañas en Secundaria

En la Universidad de Sevilla los nuevos grados no van a suponer una merma de los estudios clásicos. Según indicó Concepción Fernández, vicerrectora de Cultura, el resultado de la conversión en grado ha sido de un mayor número de horas de trabajo del alumno y del profesor, para compensar los escasos conocimientos con que llegan a la facultad. De hecho, abogó por hacer campañas en los institutos y dar a conocer unas materias que son de acceso muy restringido para los alumnos.

En el mismo sentido se pronunció Emma Falque, directora del Departamento de Latín y Griego de la misma Universidad, quien propuso poner en marcha másteres interuniversitarios que consoliden la capacidad de las universidades de formar a investigadores de estas materias que suplan en el futuro a sus profesores actuales.

Por lo que se refiere a la Universidad de Oviedo, los profesores Luis Alfonso Llera y Pedro Manuel Suárez, lamentaron que en Asturias «suceda todo lo contrario: lo que se propone es, o la desaparición, o la fusión con alguna otra titulación, lo que, en el mejor de los casos, supone una importante merma de materias, y consecuentemente de horas. Se nos va a poner muy difícil competir con Santiago o con Salamanca», dijo Luis Alfonso Llera.

Por su parte, Pedro Manuel Suárez censuró los planes de la Consejería de Educación y Ciencia porque, subrayó, «contrastan con una realidad: la de que esta titulación ha sembrado toda España desde Asturias de profesores de enseñanza media. Es la ventaja de unos estudios minoritarios, pero necesarios en una sociedad culta que quiera saber quién es, por qué es, cómo es o, en definitiva, de dónde viene, dónde está y a dónde va».

Y como alternativa a la fusión o a la desaparición, este profesor de Filología Clásica hace otra propuesta: una titulación compartida con la Universidad de Cantabria, que no imparte estos estudios, pero que tiene numerosos alumnos aquí. «Es que en Clásicas, la mayor parte de nuestros alumnos no son asturianos. Vienen fundamentalmente de Cantabria, León y Lugo», afirmó Pedro Manuel Suárez.

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