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Melquíades Álvarez diseño esta obra, de más de 5 metros de diámetro, para el Jovellanos. / PIÑA
Melquíades Álvarez y la alegoría de las actividades festivas de Gijón
GIJÓN

Melquíades Álvarez y la alegoría de las actividades festivas de Gijón

Fue colocada a más de 20 metros de altura en 1997, pesa casi 200 kilos y podría ser bajada al suelo en una pieza

A. P.

Domingo, 17 de mayo 2009, 04:46

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Lleva doce años como espectador mudo de todo lo que sucede en el teatro Jovellanos y, según parece, casi no ha envejecido. Está en el techo, a más de 20 metros de altura y, aunque de apariencia ligera, puede que su peso se acerque a los 200 kilos. Para muchos pasará inadvertido. Otros, sobre todo los usuarios de Principal, lo tienen como un obligado elemento de compañía. Se trata de 'Cielo creado', la obra que Melquíades Álvarez trabajó, pensó y diseñó para el teatro Jovellanos, para dar un toque artístico, singular y personal a una bóveda antaño sin contenido. Como hace dos años, los andamios volverán a llegar a su altura, ahora no para colocarlo, pero sí permitirán revisar su estado, comprobar que está en plena forma.

Su autor, Melquíades Álvarez, señalaba a EL COMERCIO que «supongo que estará en buen estado porque no ha pasado demasiado tiempo. En su momento, lo que más preocupaba es que estuviera bien anclado y que no se desprendiera». De hecho, se trata de un lienzo colocado sobre una estructura de madera y que está sujetado por 30 ó 40 puntos de anclaje, con la curiosidad de que los cables de acero tienen la misma altura del teatro, es decir, que se podría bajar, como una sola pieza, hasta el suelo «como una marioneta llena de cables, aunque espero que nunca haya que hacerlo, como no sea por motivos de seguridad», remarca Melquíades Álvarez.

Sintonía con Granda

El autor recuerda con afecto cuando propuso la obra a Daniel Gutiérrez Granda, concejal de Festejos, en aquella remodelación del teatro: «La entendió muy bien desde el principio y trabajé muy a gusto». En ella trata de reflejar «una sinopsis entre la música y el teatro, en el ambiente gijonés, con presencia del día y la noche, y que se viese hasta el menor detalle, aunque en la sala suele haber muy poca luz, pero eso no me disgusta porque me gusta la penumbra». También tiene muy presente en su memoria los dos o tres meses en los que trabajó en la obra en el pabellón del Ayuntamiento de Gijón de la Feria de Muestras hasta acabarlo en dos mitades semicirculares que, luego, fueron ensambladas en el propio teatro y unidas y ancladas en su actual lugar de ubicación.

Melquíades Álvarez reconoce que le gustaría volver a subir al andamio y acercarse a la obra, que será protegida mientras dure la remodelación del teatro, aunque confía en que se encuentre en perfectas condiciones pese a las delicadas y complejas condiciones de su anclaje en el techo del coliseo.

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