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Ovidio Blanco: «La primera compra fue para plantar flores y la segunda, un negocio»
GIJÓN

Ovidio Blanco: «La primera compra fue para plantar flores y la segunda, un negocio»

Defiende ante el juez, durante más de tres horas de interrogatorio, que no realizó «ninguna actividad delictiva o ilícita» con sus transacciones de suelo en Cabueñes «Sólo tuve contactos con el equipo del PGOU para correcciones técnicas», testifica

M. MORO

Jueves, 6 de agosto 2009, 12:29

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«La primera compra de la finca de Cabueñes fue por insistencia de mi mujer para tener un pradín donde poder plantar flores; la segunda adquisición fue un negocio, pero yo ya no trabajaba en el Ayuntamiento». Así justificó ante el juez el ex arquitecto jefe municipal, Ovidio Blanco, las sucesivas operaciones de compraventa con la empresa Hoyant que le acabaron reportando un beneficio de 600.000 euros.

Blanco abrió ayer con un interrogatorio de más de tres horas la instrucción sobre su caso. El técnico, al que se le imputa la presunta comisión de los delitos de cohecho, tráfico de influencias y uso de información privilegiada, se sometió a las preguntas del juez titular del juzgado número 5, Juan Laborda, a las del fiscal y a las de los abogados de quienes ejercen la acción popular -PP y Plataforma Ciudadana contra el Muro de Cabueñes- y la acusación particular -el Ayuntamiento de Gijón-.

Según puso de relieve el letrado que lleva su defensa, el penalista Luis Tuero, el arquitecto «dio cumplida cuenta» a todas las cuestiones que le fueron planteadas y fueron consideradas procedentes por el magistrado instructor «sin dejar ni una sola sin contestar». «Ovidio explicó de forma clara y rotunda que no ha realizado ninguna actividad delictiva o ilícita en su actuación en este tema», valoró Tuero, quien añadió asimismo que «estamos en disposición de acreditarlo documentalmente».

Las partes personadas en el caso, según ha podido saber EL COMERCIO, no encontraron «lógicas ni convincentes» las razones esgrimidas por Blanco para defender sus transacciones de suelo en Cabueñes. El relato de los hechos que ha trascendido del interrogatorio, ya que el técnico se negó a realizar declaraciones a los medios, es el siguiente.

Sobre la primera compra realizada por él y su esposa en marzo de 1992, el técnico municipal explicó que su mujer quería «una finca para plantar flores» y que sondeó sobre el asunto a Horacio Costales, uno de los socios de la empresa promotora Hoyant, al que conocía por sus visitas al Ayuntamiento y del que sabía su dedicación a la compraventa de terrenos. Lo que empezó como relación profesional acabó transformándose en amistad. Blanco preguntó al tratante de suelo si tenía conocimiento de «algún pradín por la zona de Quintes o Quintueles», pero entonces Costales le expuso que acababa de comprar La Llosona, una parcela de 25.000 metros cuadrados, de la que le podía «segregar un trocito» de 2.499 metros cuadrados.

Hecha esta primera transacción de 1.250.000 pesetas, de la que no consta la forma de pago sino simplemente un reconocimiento en la escritura pública por parte de Hoyant de que recibió el dinero, la mujer del arquitecto acudió a Cabueñes a plantar cerezos. Pero al carecer la finca recién adquirida de cercado de cierre, unos caballos se comieron los arbolitos. Blanco explicó que el matrimonio había llegado a plantearse comprar una segadora y construir un tendejón de aperos en la finca, pero tras el incidente con los cerezos su mujer fue perdiendo interés y acabó desentendiéndose de aquel prau para plantar flores.

«Devolución» de un favor

Para la venta a Hoyant en octubre de 1998 por 1.400.000 pesetas, la justificación dada arranca con que Horacio Costales se pone en contacto con él. Por aquel entonces se está tramitando la última actualización del plan Rañada y el tratante de suelo le anuncia que va a presentar un recurso contra el PGOU para que en sus terrenos de Cabueñes se pueda edificar. Para evitarle complicaciones, ya que Blanco es el alto funcionario encargado de informar sobre esos recursos, Costales le convence para cerrar la transacción a la inversa.

En julio de 2004 Ovidio Blanco, ya en excedencia del Ayuntamiento, le vuelve a comprar la finca de Cabueñes a Hoyant por 20.434 euros como «devolución» del favor anterior hecho a Costales. En aquel momento está aprobado inicialmente el plan Teixidor y se sabía que ese suelo era urbanizable. El técnico defendió ante el juez que esta recompra no fue una forma de pago a Hoyant por la recalificación de los terrenos de Cabueñes, «porque entonces ya era de dominio público la nueva calificación, que aún no era definitiva» por no haberse cerrado la tramitación del Plan General.

El imputado sí reconoció ante el juez instructor y las partes personadas en su caso que en esta nueva operación ya pensó en cerrar «un negocio a un precio que no era excesivo», toda vez que «ya fuera del Ayuntamiento no podía hacer nada para influir en los pormenores administrativos de la finca».

El relato de los hechos de Blanco concluye enero de 2006 cuando él y su esposa realizan la última venta a Reyal Urbis, uno de los promotores posicionados en Cabueñes para desarrollar un proyecto residencial en la zona. Obtienen por la opción de compra 617.420 euros. La forma de pago en este casi sí consta y consiste en un cheque de 200.00 euros y dos pagarés con vencimientos en enero de 2007 y enero de 2008, respectivamente. En la misma escritura Horacio Costales vende a la misma empresa La Llosona por 5,7 millones de euros. A preguntas de los abogados, el ex arquitecto jefe municipal dijo desconocer si había más casos de negocios compraventa tan lucrativos como el suyo.

En cuanto a la relación que mantuvo con Pau Lander, el equipo encabezado por Luis Felipe Alonso Teixidor encargado de la redacción del PGOU anulado recientemente por el TSJA, declaró lo siguiente. «Los únicos contactos que mantuve con Pau Lander y Teixidor, antes de coger la excedencia en el Ayuntamiento, fue para hacer correcciones técnicas. Si el equipo redactor hablaba de las nuevas bolsas de suelo urbanizable, yo ahí nunca entraba ni salía», manifestó.

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