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Aspecto que presenta la infraestructura sanitaria de La Cadellada, a ocho meses de la fecha prevista para su culminación. / J. BILBAO - J. PAÑEDA
Un gigante hospitalario a punto de nacer
Asturias

Un gigante hospitalario a punto de nacer

El debate sanitario no afecta a las obras del HUCA, donde las constructoras amplían plantillas y atacan ya todos los tajos para cumplir la fecha de entrega

RAMÓN MUÑIZ

Domingo, 23 de agosto 2009, 04:47

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El gigante tiene abiertas todas sus heridas y un batallón de obreros que tratarán de cerrarlas antes de abril de 2010, tal como les marca el contrato. En las últimas semanas, los obreros que construyen el futuro Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) derribaron los antiguos laboratorios de Salud Pública, iniciaron la rehabilitación del que fue el Hospital Psiquiátrico y empezaron la urbanización del complejo.

No quedan ya tajos sin abrir. Es agosto, el Gobierno acaba de evidenciar que no le salen las cuentas para pagar a su personal sanitario, y, sin embargo, los contratistas no paran de reclamar más mano de obra. Hace un año Sacyr, Constructora San José y Sánchez Lago apenas contaban con unos 200 operarios en la obra y un pulso abierto: la Consejería de Salud quería ampliar el proyecto original y había que definir cómo eso afectaba a la factura. Once meses de tiras y aflojas fijaron el incremento en 54,5 millones. Desde mayo del año pasado, las empresas están pisando el acelerador y el mes que viene ya confían en elevar a mil trabajadores el batallón con el que ahora libran una carrera contra el reloj a lomos de los fondos europeos.

«Es cierto que, como han bajado los ingresos, tenemos problemas en el gasto corriente, pero las obras del HUCA son extrapresupuestarias: toda su financiación ya está asegurada», garantiza José María González Gancedo, secretario general técnico de la consejería de Salud. Existe un catéter que suministra fondos hasta La Cadellada desde Luxemburgo, Madrid y Asturias: el Banco Europeo de Inversiones concedió un préstamo de 165 millones, el Ministerio de Sanidad puso 72 millones y lo que falte lo aportará Gestión de Infraestructuras Sanitarias del Principado de Asturias (Gispasa), el ente encargado del proyecto y que cuenta con 90 millones de capital social.

Entre todos, ofrecen un soporte de hasta 327 millones a un proyecto tasado en 259,8. Eso sí: luego vendrá el goteo de contratos para dotar tecnológicamente al complejo. Este capítulo se calcula en otros 80 millones.

Son cifras importantes, «pero es que este edificio será el hospital de referencia de Asturias durante los próximos cien años», pronostica González Gancedo. Un ejemplo: cuando esté a pleno rendimiento, este complejo de 1.039 camas y 36 quirófanos supondrá cada mes una factura eléctrica «igual a la de todo el concejo de Siero», resalta Jesús Menéndez, arquitecto de la Consejería de Salud. Sólo en cristales el encargo ha sido de tal calibre que daría para acristalar cuatro veces un estadio como el Camp Nou.

Estrategia de ataque

Para cumplir el plazo de presentación de este gigante, las empresas han tenido que echar mano de medidas extraordinarias. A diferencia de otras construcciones, «aquí estamos avanzando parte de las instalaciones en el propio taller», apunta Menéndez. Es el caso por ejemplo de los cuadros eléctricos. Cuando lleguen hasta La Cadellada, «sólo habrá que cablearlos».

La distribución de las cuadrillas también está resultando singular. Pese a la nómina de 900 operarios, al hacer una visita a las obras, resulta complicado tropezarse a grandes grupos de trabajadores.

«No se les ve. Cada una de las subcontratas está diseminada de tal forma que trabajemos a la vez todos los frentes», incide el arquitecto de Salud. Lo habitual en edificios de varias plantas es ir desplazando la mano de obra desde las plantas inferiores a las superiores conforme avanzan las tareas. Aquí ya no hay tiempo para ese tipo de distribuciones. «Estamos rematando todas las plantas para que los pintores puedan empezar en octubre», indica Menéndez.

En realidad, el centro tenía el fin de obra establecido el próximo 7 de diciembre, pero la ampliación del proyecto otorgó cuatro meses más a las constructoras.

La fecha, en todo caso, no coincidirá con la de inauguración. Instalar el aparataje médico exige también su tiempo. «Sólo para calibrar el acelerador lineal hacen falta tres meses de trabajos», señalan fuentes de la Consejería de Salud. El acelerador es sólo uno de los 4.999 nuevos equipos que el Principado prevé adquirir.

Mudanza de cuidado

Existe otra complicación añadida. ¿Cómo se 'muda' un hospital de 1.000 camas? El equipo del consejero José Ramón Quirós ha peinado el país buscando experiencias similares, «pero no las hay».

Lo más parecido a un traslado de este calibre es el que se dio en Madrid desde el Puerta de Hierro al hospital de Majadahonda, pero esa comunidad tiene otros centros hospitalarios a los que se derivaron los pacientes «y, además, no trasladó el servicio de Urgencias».

Habrá que dar altas y establecer recorridos especiales dentro de Oviedo para que las ambulancias puedan trasladar a los pacientes más graves.

«Estamos trabajando ya en el protocolo de actuación», señalan en la consejería. Será una estampa insólita, que se prevé enfrentar a finales del año que viene o inicios de 2011.

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