Secciones
Servicios
Destacamos
CÉSAR CALVAR
Viernes, 4 de septiembre 2009, 05:25
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
El Gobierno da por hecho que los ciudadanos ya creen en la recuperación económica y que comienzan a ver la luz al final del túnel de la recesión. La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, se aferró ayer al resultado de dos indicadores de coyuntura poco relevantes, como el crecimiento de la confianza de los consumidores y el repunte de las ventas de coches en agosto, para asegurar que la mejora en la situación económica «no es sólo un discurso» del Ejecutivo, «sino una percepción que empieza a extenderse en la sociedad».
El optimismo gubernamental contrasta con los últimos datos de otros indicadores de mayor peso a la hora de medir la salud del sistema. Como la contabilidad nacional, que en el segundo trimestre marcó una caída del PIB anual del 4,2% y un descenso trimestral del 1,1% a causa del hundimiento del consumo y la inversión. En esa categoría habría que incluir también el incremento del déficit del Estado hasta julio, que se quintuplicó respecto del mismo período de 2008, y el paro, que en agosto aumentó en 85.000 personas y augura nuevas subidas. La propia Salgado admitió que, habrá aún «meses difíciles». En ese sentido, reiteró que el Gobierno mantiene su previsión de que el despegue llegará en el segundo trimestre de 2010. Pero para entonces «no habrán terminado aún los problemas», reconoció.
Mejora en la UE
La OCDE, que ayer revisó al alza sus previsiones de crecimiento para las grandes economías de la zona euro, avisó precisamente de que España será uno de los países «donde el ajuste será más largo». La economía española, que entró en crisis algo más tarde que los grandes países, no ha conseguido todavía subirse al carro de la recuperación, al que sí se sumaron Francia y Alemania, cuyo PIB creció un 0,3% en el segundo trimestre.
La falta de acompasamiento de los grandes de la UE a la hora de salir del agujero -visible en los casos de España e Irlanda- llevó a los ministros europeos de Economía a acordar en la última reunión del Ecofin una «retirada gradual» de los estímulos fiscales contra la crisis a medida que los signos de despegue sean más claros.
El objetivo es evitar una recaída que genere una evolución «en doble uve». Es decir, cuando la economía echa a rodar o muestra síntomas de repunte, hay que alejar el riesgo de que un repliegue anticipado de los incentivos derive en una segunda recesión. Por ello, Salgado insistió en que los estímulos se mantendrán hasta que el crecimiento sea sostenido y haya creación de empleo.
Hasta entonces, parece que el Gobierno optará por agarrarse a cualquier indicador que permita hacer una lectura positiva de la evolución económica. Esta vez le tocó a la confianza de los consumidores, que mejoró en agosto un 3,4% -por sexto mes consecutivo- hasta situarse en 79,5 puntos, en niveles de septiembre de 2007. La vicepresidenta señaló que esa mejora de la credibilidad constituye un «dato positivo importante», ya que en este momento el factor «que más puede animar nuestra economía, el consumo interior, se sustenta en la confianza».
Crece la confianza
La confianza creció en agosto por la mejora del indicador parcial de situación actual, que avanzó 3,9 puntos, hasta los 52,4. El indicador parcial de expectativas creció en otros 2,9 puntos y se situó en 106,7, según datos del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Comparado con lo ocurrido hace ahora un año, cuando la crisis en Estados Unidos arreciaba y estaba a punto de llegar a Europa, la confianza ha mejorado en 28,1 puntos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.